Distintos voceros del sector opinan de lo bueno y lo malo que han dejado estas entidades.
Uno de los puntos más controversiales emanados de la propuesta de reforma a
la salud es el futuro de las EPS, las entidades que durante 20 años han ejercido
el papel de articuladoras del sistema, manejadoras de recursos y proveedoras de
servicios para los afiliados.
Por esa razón, y tras conocerse el contenido de los proyectos de ley
ordinaria y estatutaria radicados este martes en el Congreso, voceros de
médicos, pacientes, hospitales y hasta las propias EPS se han lanzado en las
últimas horas a discutir los posibles escenarios que la reforma plantea para
estas empresas.
Néstor Álvarez, presidente de la Asociación de Pacientes de Alto Costo, es
tajante al decir que las EPS deben desaparecer, “nunca cumplieron un buen papel
–sostiene-, atentaron contra los pacientes mientras se enriquecían; no estamos
de acuerdo con que se las premie permitiendo que se conviertan en gestoras de
salud. Es más, consideramos que cualquier tipo de intermediación debe
eliminarse”.
Juan Carlos Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Hospitales y
Clínicas, opina que el sistema sí necesita un coordinador interno, “no obstante
–afirmó- es el momento de saltarse ese falso aseguramiento que tuvimos durante
20 años y de pasar a un esquema explícito de administración regulada; eso
dejaría por fuera a las EPS actuales. Toda intermediación que no agregue valor
debe desaparecer".
Los médicos, sin embargo, no descartan que las EPS con mejor desempeño
puedan, de acuerdo con lo propuesto por el Gobierno, convertirse en gestoras,
pero haciendo un mejor papel.
De acuerdo con Fernando Sánchez, presidente de la Academia Nacional de
Medicina y miembro de la Junta Médica Nacional, “el objetivo de las EPS se
desvirtuó a tal punto que en el manejo del modelo de atención se privilegiaron
intereses distintos al bienestar de la gente, que a la postre se convirtieron en
la principal causa de la catástrofe del sistema”.
Y agregó que como gestoras, “estas entidades tendrían que reivindicar su
papel ante los colombianos”.
Por su parte, Jaime Arias, presidente de Acemi (que agremia a la mayoría de
las EPS del régimen contributivo), defendió el “papel articulador e integrador”
que han tenido estas empresas durante 20 años. “Además –insistió- han construido
las redes público privadas de asistencia que han permitido atender a la
población y todos los procesos gracias a los cuales la casi totalidad de los
colombianos puede acceder a servicios de salud”.
Arias sostuvo que las EPS aceptarán la decisión que tome el Gobierno a través
del Congreso con respecto a su futuro; de hecho, aseguró que están dispuestas a
colaborar con el montaje del nuevo sistema. Sin embargo, no descartó que la
mayoría de las EPS, sobre todo las buenas, “acaben retirándose de un mercado
que, en primera instancia, no presenta condiciones favorables ni claras para el
ejercicio como gestoras”.
Elisa Torrenegra, directora ejecutiva de Gestarsalud (que reúne a EPS del
subsidado), afirmó que las EPS de su gremio, que administran la salud de los más
pobres, ya dieron un paso importante hace algún tiempo, respecto al manejo de
recursos, desde que se pusieron en marcha los giros directos para los
prestadores. “Eso nos tranquiliza, pues ya estaríamos cumpliendo con uno de los
requisitos que se exigirían a las futuras gestoras en salud”.
De otro lado, y tras hacer un juicio crítico del papel que han desempeñado
las EPS, la Superbancaria propone que se mantenga el modelo de aseguramiento en
salud, pero provisto por compañías financieras especializadas en
aseguramiento.
Eso podría dejar por fuera la posibilidad de que las EPS fungieran, tras la
reforma, como gestoras de salud.