FELIZ DIA DEL PADRE
Padre, abuelo o padrastro, su presencia
influye en el sano desarrollo de los hijos.
La figura paterna dentro de nuestra cultura ha sido comúnmente opacada por la
figura de la madre, a quien se le atribuyen generalmente los mayores impactos
sobre el desarrollo de los hijos.
Esta tendencia ha sido reforzada por la concepción, hasta hace algunos años
bastante arraigada, de que el padre es fundamentalmente proveedor y no tiene
mayor injerencia en la formación afectiva y emocional de los hijos, función que
corresponde sobre todo a la mujer.
Aunque los tiempos han cambiado y los hombres asumen con mayor frecuencia un
papel más activo en la crianza, no siempre se tiene clara la importancia de la
presencia de la figura paterna en el sano desarrollo de los hijos o el profundo
impacto que su ausencia puede llegar a tener.
Al respecto muchos estudios muestran los efectos negativos que tiene la
ausencia de un padre competente sobre el bienestar de niños y adolescentes.
En general, muchas de las investigaciones concluyen que este es un factor
significativo para el éxito o el fracaso de los niños y su ausencia en la vida y
formación de los hijos tiene consecuencias para estos, que van desde trastornos
emocionales hasta el deterioro de la salud física.
Algunas estadísticas indican que los niños que crecen en un hogar donde no
está el padre o de quien haga las veces de figura paterna, abuelo o padrastro
por ejemplo, son más propensos a tener desordenes de conducta, a abandonar los
estudios, a tener conflictos para aceptar la autoridad o llegar a abusar de
substancias químicas y drogas.
Cuando la ausencia hiere
La falta del padre se refiere no solo a una separación o abandono físico,
también a una ausencia emocional y de afecto en la que no hay una figura amorosa
y competente que sirva de guía y apoyo para el niño.
Muchos padres piensan que estar compartiendo el mismo techo con su familia,
hacer actividades juntos sin que esto implique mayor interacción o llegar a
“hacer presencia” en la casa es suficiente para llenar las expectativas de los
hijos y cumplir con sus demandas afectivas y psicológicas.
Esto, sin embargo, puede llegar a afectar a los hijos tanto como el no estar
físicamente, pues el niño no encuentra en su padre un apoyo y un modelo que
aporte identidad y, al contrario, se acostumbra a una figura ajena y alejada que
genera inseguridad.
Un figura
importante
Aunque la presencia del padre en el cuidado y formación de sus hijos es tan
importante como el de la madre, cada uno cumple un papel distinto.
El padre, por ejemplo, tiene un papel fundamental en la construcción de la
identidad y la autoestima y en equilibrar las relaciones dominadas en una
primera etapa de la niñez por la madre. Es por esto que cuando el padre falta se
generan en los niños y adolescentes dificultades a nivel emocional que podrán
repercutir en su vida de adulto. Los hijos que no experimentan el amor de un
padre pueden generar ira y resentimiento que los cierra emocionalmente en las
relaciones con otros, desarrollando mecanismos de defensa para protegerse del
rechazo.