Los siete académicos consultados coinciden en que la reactivación dependerá de cómo avance la pandemia. Urgen la reforma tributaria.
En medio de cierres por un aumento del pico de contagios y de muertes por coronavirus, las expectativas sobre una recuperación acelerada para el comienzo del año y todo el 2021 son cada vez más inciertas.
En eso coincidieron siete decanos de economía de algunas de las principales ciudades del país, consultados por Portafolio, quienes aseguran que el desempeño de la economía dependerá de la evolución de la pandemia y las restricciones que tomen las autoridades nacionales y locales.
Coinciden en la necesidad de seguir protegiendo la vida, pero advierten que se puede pensar en medidas basadas en la evidencia, sin afectar de manera radical la recuperación del país, y, sobre todo, a los más vulnerables y a las pequeñas y medianas empresas.
El otro punto que pusieron sobre la mesa es el de la discusión en torno a las reformas estructurales, especialmente la tributaria, que determinaría el rumbo de la recuperación, y contribuiría a que el país mantenga el grado de inversión.
Hay consenso en que es clave diseñar planes de choque para crear empleos a través de obras de infraestructura e, incluso, una estrategia para la generación de puestos de emergencia.
Reiteran que será crucial que se ofrezcan alternativas de empleo para los más vulnerables en esta materia –mujeres, jóvenes e informales–, además de mantener las transferencias monetarias y programas sociales.
PREGUNTAS
1. ¿Cuál es su pronóstico de crecimiento del PIB de Colombia en 2021?
2. ¿Qué riesgos o amenazas para la economía ve usted este año?
3. Como decano/a de economía, ¿qué le recomendaría al Gobierno para lograr la reactivación económica del país y la generación de empleo?
Marcela Eslava, decana de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes
El desempeño económico de 2021 dependerá de la evolución del contagio y de las medidas implementadas. El panorama será más favorable en la medida en que la vacunación alcance con mayor prontitud a una masa amplia de colombianos. Esta es la ruta más promisoria para controlar la velocidad de contagio con mínimo uso de cierres que afectan proyectos de vida y generan mayor temor e incertidumbre.
Marcela Eslava, decana de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes
Jorge Armando Rodríguez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia
1. El desempeño de la economía colombiana en 2021 estará muy marcado por el covid-19. Lo que suceda con la vacunación va ser determinante. Se espera que el crecimiento sea positivo por el efecto rebote; aunque, debido a la incertidumbre, dudo que alcance el 5% previsto por el Ministerio de Hacienda. El crecimiento económico estaría entre 3,5% y 4,5%.
2. Si la vacunación no marcha bien y las cuarentenas siguen siendo la principal medida de contención de la enfermedad, la actividad económica y el empleo recibirán el golpe. Se dice que las reformas tributaria, laboral y pensional son inaplazables, pero más importante que la prisa es su orientación y contenido.
El Gobierno quiere ampliar la base gravable del IVA reduciendo las exenciones de la canasta familiar, pese a que la medida afectaría proporcionalmente más a los más pobres. Sin embargo, evita gravar más los ingresos altos y las grandes riquezas.
3. Hay que mantener una política fiscal expansiva más de lo previsto en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Es clave mejorar la ejecución de los recursos del Fome. Conviene avivar la ejecución de los programas de infraestructura y de construcción de vivienda. Urgen planes de empleo de emergencia ejecutados por los gobiernos territoriales que favorezcan a los jóvenes y a las mujeres.
Jorge Armando Rodríguez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia
Carlos Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario
1. Pese a los pronósticos de crecimiento de alrededor de 4,5 y 5%, sigue habiendo alta incertidumbre frente a la capacidad que tengamos de acelerar las actividades económicas.
Esto depende de la contención que logremos frente al virus, la efectividad y rapidez en el proceso de vacunación, y la agilidad de los gobiernos en activar proyectos jalonadores.
2. La posibilidad de enfrentar nuevas medidas de aislamiento obligatorio y restricciones a la actividad económica. Otro riesgo es la falta de claridad de los gobiernos frente a las etapas que vamos enfrentando (nuevo pico, manejo de UCI, proceso de vacunación, etc), impacta las expectativas de consumidores y empresas y así sus decisiones.
También faltan acuerdos políticos para dinamizar la economía y proteger a los más vulnerables. Esto llevaría a la pérdida del grado de inversión. Además, los costos de largo plazo en formación capital humano y desigualdad ante la imposibilidad de habilitar actividades presenciales de los colegios.
3. Recomendaría agilidad en el proceso de vacunación; capacidad para llegar a acuerdos amplios que permitan reformas necesarias que despejen el panorama económico a mediano plazo; medidas de choque dirigido a aumentar empleo de mujeres y jóvenes; permitir a los niños el regreso a clases presenciales.
Carlos Eduardo Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario
Julián Arévalo, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia
1. El año pasado, en medio de la parte más crítica de la crisis generada por la pandemia, el Gobierno hizo anuncios de una expectativa de crecimiento de por lo menos un 3% para el 2021. Diferentes sectores cuestionaron los supuestos en los que se basaba tal pronóstico, considerado como optimista. El Gobierno parece darles la razón a quienes hacían tales cuestionamientos, con el retraso en el inicio del proceso de vacunación. En Colombia, donde aún no tenemos ni siquiera certeza sobre la llegada de la vacuna, este proceso va a enfrentar muchas complejidades. Si a esto se suma el rebrote de contagios, es imposible hablar de metas.
2. Yo enfatizaría en las dificultades del proceso de vacunación que, de seguir como hasta ahora, llevarán al fracaso cualquier esfuerzo de recuperación económica. Si a eso lo sumamos el ambiente de tensión social que se vivía antes de la cuarentena, tenemos la combinación perfecta para un entorno social muy caldeado. También es clave escuchar a quienes han venido hablando de la salud mental colectiva.
3. El Gobierno debe trabajar por la generación de consensos en la sociedad. La agenda del Ejecutivo ha estado orientada a reivindicarse frente a algunos sectores de sus bases de apoyo, y no a superar los problemas generales de la ciudadanía.
Lo hemos visto, por ejemplo, en la relación con el gobierno del distrito capital, donde los desacuerdos están al orden del día con lo que poco se contribuye a reactivar la economía. Se requieren grandes inversiones en el campo para contribuir a corregir problemas de vieja data. Alcanzar esos consensos permitiría llegar a acuerdos sobre temas fiscales o de pensiones y salud. Por todo esto, la discusión no ofrece perspectivas positivas.
Julián Arévalo, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia
Ramiro Guerrero Carvajal, decano de la Escuela de Economía y Finanzas de la Icesi (Cali)
1.Mi pronóstico de crecimiento del PIB 2021: 4,5%.
2. Un riesgo nuevo e imprevisto para la economía es la situación política de Estados Unidos. Si bien habrá transición de Gobierno, la gobernabilidad y unidad del país están debilitadas, y eso eventualmente pude afectar la confianza y los mercados. Otro riesgo, que sigue latente, es la prolongación de la incertidumbre asociada al covid.
3. Recomendaría no aplicar la misma receta en todo el país. Entender las diferentes dinámicas económicas regionales y priorizar los estímulos en consecuencia. El golpe no ha sido igual en todas las poblaciones, sectores y regiones. Las ciudades intermedias, por ejemplo, muestran la situación más crítica en materia de empleo.
Ramiro Guerrero Carvajal, decano de la Escuela de Economía y Finanzas de la Icesi (Cali).
César Tamayo, decano de la Escuela de Economía y Finanzas de la Universidad Eafit (Medellín)
1. Aún no hemos hecho los pronósticos sobre el crecimiento económico del 2021.
2. Los principales riesgos están asociados a la situación de salud pública, pues estos impactarían fuertemente la actividad económica. Además, están los riesgos relacionados con nuevas cepas del virus y las limitaciones en la efectividad o la logística de las vacunas.
Hay que mantener por muchos meses más las transferencias a la población afectada, y de seguir fortaleciendo el sector de la salud; las inversiones en pruebas diagnósticas y en tratamientos (como la capacidad en UCIs) deben seguir.
Enfrentamos también el riesgo de que los ciudadanos perdamos de vista la importancia de cuidarnos y autorregularnos. Y claro, tenemos el riesgo siempre presente de que las autoridades empiecen (o sigan en algunos casos) tomando decisiones de restricciones a la actividad de forma arbitraria, o sin tener en cuenta la evidencia.
Mas adelante vendrán también otros riesgos y amenazas, como por ejemplo, la incapacidad de servir adecuadamente una deuda (pública y privada) creciente, para lo cual debemos en algún momento tomar medidas que nos aseguren los ingresos suficientes.
Y como siempre, debemos mantenernos atentos a la evolución de la cartera morosa -que está aumentando y aumentará- y su impacto en los balances de los bancos, si bien por fortuna el sistema financiero colombiano enfrenta esta crisis con gran solidez.
3. Los planes de inversión en infraestructura diseñados por el Gobierno están muy bien y deben profundizarse, pues generan empleo hoy, e incrementan la disponibilidad de bienes públicos hacia el futuro, generando mejores condiciones para el aparato productivo.
Sin embargo, es indispensable reforzar los planes para la generación de empleo de manera sostenida. Esto se logra si se recuperan el sector empresarial. El Gobierno debe buscar apoyar con más decisión a las empresas que hoy están en dificultades y facilitar la creación de empresas en estos momentos de quiebre en los que surgen muchas oportunidades (en sector de comercio electrónico, de prestación de servicios a distancia, de economía compartida, etc).
El Gobierno debería además, estar preocupado porque las empresas del sector formal crezcan y generen empleo de calidad. Para esto se requiere reducir fricciones y distorsiones que desincentivan el crecimiento empresarial, lo cual seguramente necesitará reformas (laboral, tributaria).
Aparte de esta política transversal, decidida de crecimiento empresarial, el Gobierno seguramente deberá diseñar algunas estrategias para grupos específicos de la población donde el empleo ha sido fuertemente golpeado, como es el caso de los jóvenes y las mujeres.
Allí se requieren medidas quizá de excepción, temporales y algunas políticas complementarias como la reactivación del sector educativo cuya problemática de presencial/remoto afecta desproporcionadamente a las mujeres.
César Tamayo, decano de la Escuela de Economía y Finanzas de la Universidad Eafit (Medellín)
Alexander Villarraga, director del Departamento de Economía de la Universidad del Norte (Barranquilla)
1. La incertidumbre que se sigue experimentando a nivel global, generada principalmente por nuevas olas de contagios, nuevas cepas del virus, y la aplicación y efectividad de las vacunas, hacen que proyectar la actividad económica de un país sea un ejercicio aún más complejo de lo normal
Considero que dada la fuerte caída experimentada por la actividad económica mundial y nacional en el 2020, el crecimiento para Colombia en 2021 será cercano al 4%. Ahora, esta cifra si bien es superior al crecimiento experimentado en prepandemia (2,5% y 3,3% en 2018 y 2019, respectivamente) solo es el efecto de la importante contracción del PIB en 2020, y no será suficiente para alcanzar los niveles de producción previos a la crisis.
El comportamiento de la economía durante el 2021 se caracterizará por una alta incertidumbre, fruto de la evolución de la pandemia y de las medidas adoptadas por los gobiernos nacional y locales para afrontarlas.
De hacerse necesaria la implementación de medidas que lleven al confinamiento y a limitar la actividad económica, sin lugar a dudas afectarán a un sector productivo ya severamente golpeado por las condiciones experimentadas durante el 2020 y, en consecuencia, disminuyendo los ingresos de los hogares, disminuyendo a su vez la demanda agregada.
Esto requerirá de apoyos a familias y empresas por parte de un gobierno con una situación fiscal cada vez más apretada, fruto del mayor gasto y los menores ingresos que la crisis ha traído.
2. Los principales riesgos están asociados al desarrollo de la pandemia. Las nuevas olas de contagio, nuevas cepas, los tiempos que tome aplicación y la efectividad misma de las vacunas determinarán en gran medida el comportamiento de la actividad productiva.
Pero estos no son los únicos riesgos. Las propuestas de reformas tributarias, laboral y pensional, que busca adelantar el Gobierno durante el presente año, constituyen oportunidades pero también riesgos. Todo dependerá de qué finalmente quede definido en ellas después del juego político.
3. En línea con lo propuesto por la Ocde: Apoyar a las personas, a las empresas y a los estudiantes. En los tres casos, y dadas las condiciones actuales de las finanzas públicas, urge focalizar estas ayudas hacia los más vulnerables y sobre quienes han sido afectados más duramente por la pandemia y por las medidas adoptadas para hacerle frente.
Por otra parte, asegurar que las reformas que se promuevan ante el Congreso estén orientadas a transformaciones estructurales de la economía colombiana en pro del bienestar de todos, y no de los grupos que tengan mayor capacidad de lobby.