Se trata de un esquema de tipo piramidal, según lo ha señalado la Superintendencia Financiera. El esquema atrae pues se aprovecha de la espiritualidad y el discurso de la unión y poder de unión femenino para conseguir ganancias.
Un tema complejo ha llegado a los círculos de mujeres que buscan empoderarse, unirse y trabajar de la mano de otras mujeres. Se trata de los telares o mandalas de los sueños, telares o mandalas de la prosperidad y mandalas de la abundancia. Los escándalos por este tema han ido estallando de a poco e incluso ha llegado a círculos de poder en el país.
Al respecto la Super Financiera ha señalado que se trata de nuevos esquemas piramidales y basta con una búsqueda rápida en internet para entender que el esquema ha sido replicado en diversos países del mundo como Australia, España y México, entre otros.
Aunque pareciera un estilo de economía circular e inofensivo, como lo presentan, no es aceptado por alguna entidad financiera de vigilancia como legal en el mundo.
¿Pero cómo funcionan estas nuevas pirámides?, como fueron llamadas por la Superintendencia Financiera formalmente por medio de diferentes Resoluciones como la 1523 del 7 de diciembre del 2016, la Resolución 1060 del 11 de agosto de 2017 y la Resolución 0712 de 2019.
De acuerdo con la entidad, estos grupos están disfrazados con objetivos altruistas y de ayuda mutua, los llaman además telares, flores de la abundancia, juegos, que adoptan mensajes de la nueva era de superación personal y colaboración. En el caso colombiano los telares iniciaron siendo algo así como un grupo de mujeres muy exclusivo, una estilo de logia, algo así como los iluminati o los masones.
Se reúnen en salones de eventos y para participar la persona debe llevar una suma de dinero determinada, fuentes de Huella Forense señalaron que estaban solicitando en algunos casos hasta 1.200 dólares. Un valor que se entrega en efectivo usualmente durante la misma reunión a la (s) persona (s) responsables de recaudar el dinero.
Entonces la mecánica es la siguiente: en un telar de los sueños hay diferentes niveles, en el último nivel está la persona que recibe el dinero en el evento, los que han participado en estos espacios dicen que este momento se llama consagración.
Esta persona tiene el nivel de agua y recibe los fondos de parte de ocho personas que recién entran a “tejer”, a estos nuevos que entregan el dinero como un regalo se les denomina fuegos. El agua sale de la mandala al consagrarse y solo vuelve a recibir al parecer tres o cuatro veces más pero solo lo de un fuego nuevo en cada consagración.
A medida que van ingresando los fuegos y estos llevando dos personas cada uno, van subiendo de nivel. Entonces es así como el fuego que lleva dos personas sube un nivel y se convierte en aire, cuando sus fuegos llevan dos personas cada uno (4 personas) , el aire se convierte en tierra y cuando esas últimas personas llevan dos fuegos más (8 personas nuevas) quien era aire se convierte en agua.
De acuerdo con la Superintendencia de Sociedades, “siguiendo el orden de participantes, en el mismo evento se les paga la rentabilidad causada por el número de nuevos referidos ingresados a su “TELAR”, “FLOR” o “MANDALA”, quienes tienen la obligación de vincular cada uno por lo menos a dos participantes, ejercicio que se repite sucesivamente, hasta completar los niveles programados. Como se observa, estas estructuras funcionan son esquema piramidal con algunas diferencias de diseño y la utilización de nombres de elementos naturales para enmascarar la estructura ilegal”.
Lo complejo de este tipo de pirámides es que la cabeza que recibe el dinero no recibe siempre, pues los participantes van saliendo de estos esquemas a medida que les entregan su parte, mientras los que vienen abajo van subiendo hasta convertirse en cabezas.
Fuentes cercanas a este medio, que prefirieron no revelar su nombre, cuentan que la duración en estas pirámides no es mayor a tres meses, pues la dinámica de los telares obliga a que las personas cumplan todos los ciclos a los 28 días de entrar. Quien va a recibir, recibirá de tres personas en el último nivel, por dos o tres turnos más, algo que se llama residuos de las mandalas, un valor similar al que invirtió inicialmente de forma individual (1.200USD). Cumpliendo así tres meses, momento en el que se da su salida definitiva del círculo.
Cómo funcionan las pirámides
Este esquema de captación ilegal de dinero se da cuando se captan recursos bajo la promesa o expectativa de reconocer altos rendimientos, pero si el participante cumple con el requisito de pagar el monto establecido y vincular bajo su esquema a otras personas que entreguen a su vez los recursos, y asuman el compromiso de afiliar a terceros que así sucesivamente permitan el crecimiento de la estructura.
En las pirámides, los dineros con los que se paga a los primeros participantes o a quienes se encuentran en los niveles más altos, provienen únicamente de los recursos que entregan los terceros que se van afiliando en la base de la pirámide.
Por ello, “el captador siempre requerirá, para cumplir con los compromisos de pago, los recursos que entregan los nuevos participantes y tiene muy claro que el dinero no proviene de supuestos “rendimientos” ni “ganancias” derivados de una actividad legal, sino de los aportes que hacen los otros vinculados al esquema. Un sistema que no es sostenible en el tiempo pues la adhesión de participantes no es infinita; tarde o temprano el esquema piramidal colapsará”, según lo explican las autoridades.
De eso tan bueno no dan tanto
Debe tener en cuenta que algunos de los esquemas más utilizados para la captación ilegal de dinero pueden maquillar sus verdaderas intenciones. Algunas de las alertas que podrían indicar que se trata de una pirámide, si llega a usted un negocio jugoso con apariencia sospechosa, son:
Suelen realizar prácticas como el promocionar el pago de ganancias o rentabilidades altísimas, frente a los recursos captados y que además son superiores a las que se ofrecen en las entidades del sistema financiero.
Suelen afirmar y procuran demostrar que el negocio carece “de riesgos asociados a la devolución de lo aportado y no se van a perder los dineros, pues existirán ganancias suficientes para cubrir las utilidades prometidas y retornar el capital entregado”, según han informado las autoridades.
En otros casos suelen crear páginas web falsas o se presentan como multiniveles.
Puede encontrarse con discursos que apelan a lo altruista o emocional y decirle que se trata de una economía solidaria, actividades de sororidad o empoderamiento.
Así podría una pirámide afectar su empresa
De acuerdo con Carlos Gómez, gerente de riesgos en Global Forensic Auditing, este tipo de esquemas no solo representan un riesgo para las personas naturales que decidan ingresar a estas. Representa un peligro también para las empresas en las que estas personas naturales trabajan.
Gómez explica que una adecuada implementación de un Sistema de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (SALARFT) en las organizaciones debe contener elementos éticos, controles de prevención y posibles sanciones en caso de que sus empleados se vean involucrados en un posible proceso de una actividad ilícita de lavado de activos y financiación del terrorismo (LA/FT).
“La captación ilegal de dinero está catalogada como una actividad ilícita desde el punto de vista del lavado de activos. Razón por la cual si una persona natural se ve involucrada en un proceso por captación ilegal además de perder su dinero puede estar perdiendo su puesto de trabajo”, comentó Gómez.
El experto agrega que este riesgo es necesario tenerlo en el radar del área empresarial, ya que las empresas cada día se están viendo obligadas a tener mecanismos de control y de prevención en sistemas Sarlaft y si alguno de sus miembros se viere involucrado en un escándalo de este tipo el riesgo reputacional para la empresa sería alto.
Debido a ese riesgo reputacional generado por un trabajador involucrado en una captación ilegal de dinero o un esquema piramidal “este podría ser despedido por justa causa. Además de perder el dinero podría perder el trabajo y con una mancha en su hoja de vida con repercusiones a futuro para que esta pueda conseguir un nuevo empleo”.
En resumen la persona no solo genera un riesgo personal, sino también de reputación para la empresa en la que trabaje, si es su caso, o para si mismo.
Casos de telares y mandalas de los sueños investigados por la SuperIntendencia
A continuación, le contaremos algunos de los casos de telares o mandalas de la prosperidad que han sido intervenidos o investigados por la Superintendencia Financiera de Colombia.
Telares y mandalas de la prosperidad en el Valle del Cauca
Este caso se presentó en el 2016, de acuerdo con la entidad sucedió en el Valle del Cauca en donde se habla de centenares de personas que resultaron estafadas por una persona que fomentaba la realización y vinculación de personas a los “telares de prosperidad y mandalas de la abundancia”.
Se presume que la persona que lideró dicha actividad en este territorio fue Consuelo de Jesús Restrepo Sánchez, a quien la comunidad denunciante la identificó como promotora y responsable del esquema piramidal. En su momento, los afectados protestaron en el centro de Cartago para reclamar que se les devolviera el dinero invertido, incluso solicitaban la presencia en la plaza de la persona que promovía la pirámide.
La Superintendencia identificó que esta pirámide se estaba promocionando en el territorio nacional, por medio de grupos conformados por la aplicación de mensajería Whatsapp, además se realizaban reuniones en un local en el Centro Comercial Santiago Plaza.
Las autoridades habían alertado el 25 de octubre de 2016, por medio del Boletín de prensa No. 403, a las personas incautas "para que no fueran víctimas de las pirámides financieras o telares en Cartago”.
Se tuvo registro de que 25 personas habían acudido a la SIJIN como participantes de los telares, pero solo 12 personas aceptaron presentar declaración juramentada ante la Superintendencia. Las personas señalaron que entregaban entre 200.000 y 600.000 pesos bajo la promesa de recibir 25.600.000 pesos durante los 2 o 4 días siguientes.
Estas 12 personas además declararon haber visto a otras 13 personas conocidas entregar dinero a la señalada para vincularse. Confirmaron además que en el local donde se reunían se podría haber alcanzado a convocar más de 100 personas.
Se reveló que el dinero se entregaba en efectivo a la señora Consuelo de Jesús Restrepo, quien era la que organizaba la charla para explicar cómo funcionaban los telares que estaban dirigidos solo a mujeres, pero se supo que algunos hombres también participaron.
El dinero en este caso no se entregaba directamente a la persona que le correspondía el turno de recibir sino a De Jesús Restrepo. Según la Superintendencia se logró comprobar que esta persona realizó captación ilegal de recursos de forma masiva.
Cadena o telar en Caloto, Cauca
En el 2017 la Superfinanciera adoptó una medida administrativa de investigación sobre las señoras María Isabel Mosquera Secue, Esperanza Ulabarry Zapata, Stella Guerrero Fajardo y Ana Rita Ulabarry Zapata por participar, promover y ser receptoras del dinero en la pirámide denominada cadena o telar en el municipio de Caloto.
La entidad realizó una convocatoria pública a quienes aportaron dinero o participaron en el esquema cadena o telar, para que presentaran sus testimonios y que entregaran información que permitiera reconocer a las personas responsables de la pirámide.
Por estos hechos 21 personas denunciaron lo sucedido y señalaron haber entregado recursos o participado en la cadena o telar. Cuatro personas dijeron que Mosquera, Ulabarry Zapata, Gerrero y Ulabarry eran las responsables.
En esta oportunidad se vincularon 111 personas con diferentes grados de participación que no alcanzaron los niveles superiores en los que se les prometía recibir los pagos esperados. En el grupo de receptores de dinero se encuentran las personas que promocionaron el esquema en Caloto, que pagaron la suma de 200.000 pesos, recibieron dinero de más personas y así sucesivamente hasta llegar a la suma de 1.600.000 pesos tras haber vinculado a 15 personas.
Según la entidad era claro para los participantes que para recibir la suma de 1.600.000 debían completar un total de ocho personas en el cuarto nivel que entregaran su parte por participar.
En este caso al recibir el dinero total se les pedía a los participantes un depósito de 500 pesos para recibir a los 15 días 4.000.000 de pesos, además debías dejar 100.000 para conformar un fondo que reparara a los que no lograran conseguir a los 8 participantes. A este esquema se vinculaban personas con algún grado de afinidad: amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc.
Esta cadena o telar se promocionó mediante reuniones efectuadas en diferentes lugares, por lo general en el domicilio de la persona a la que le correspondía recibir el dinero. En algunos casos los asistentes ascendían a los 100. La entrega del dinero se hacía de forma personal sin comprobantes de caja o recibos.
Cuando se disminuyó o se detuvo la participación la pirámide colapsó ya que no existían los recursos para reconocer los pagos de las personas del primer nivel de la pirámide. Se captaron de esta forma al menos unos 59.800.000 pesos. La Superintendencia ordenó la suspensión inmediata de la pirámide y se les ordenó a las señaladas la devolución total de los dineros captados ilegalmente.
Tejedoras de sueños en Villa de Leyva
De nuevo bajo el mismo esquema la Superfinanciera intervino en el mes de junio del 2019 en un caso de tejedoras de sueños ocurrido en Villa de Leyva. La señalada como organizadora, partícipe, promotora y receptora del dinero fue identificada como María Fernanda Martínez Portilla.
Esta vez por medio de información anónima se alertó a las autoridades, se trató de un grupo de ciudadanos que denunciaron que una posible captación no autorizada, bajo el esquema de mandalas, se estaba llevando a cabo con varias personas influyentes del municipio. Además, se supo que varias mujeres involucradas eran funcionarias de diferentes entidades públicas.
Este caso fue además reportado por la vicepresidencia de la República a la Superfinanciera. La alcaldía Municipal de Villa de Leyva, las Fiscalías Locales y la policía nacional recabaron información que fue entregada a la autoridad competente en este caso.
A este telar se alcanzaron a vincular a unas 400 mujeres que entregaron a título de regalo la suma de 4.500.000 pesos. Las que ingresaban lo hacían con la expectativa de recibir 36.000.000 de pesos sin que existiera el intercambio de algún bien o servicio entre las partes y con la condición de completar cuatro niveles en el telar y vinculando a 15 personas más.
La Superfinanciera ordenó además al grupo que lideraba la señora Martínez Portilla y a quienes lo promovieron o recibieron “ganancias” del telar a devolver la totalidad de los dineros que se captaron ilegalmente en dicho esquema piramidal.
Así se castiga a los involucrados en captación masiva ilegal
Para entender un poco más este tema, es necesario señalar que las pirámides, de acuerdo con las Superintendencia Financiera y de Sociedades de Colombia, realizan actividades de captación masiva e ilegal de recursos. Por un lado, algunas de las características de la captación masiva son:
Persona natural jurídica que recibe dinero de más de 20 personas o sin importar el número de personas, que ha pactado 50 o más obligaciones que impliquen la devolución del dinero sin dar a cambio un bien o servicio.
Cuando una persona natural o jurídica “celebre por tres meses consecutivos más de 20 contratos de mandato para administrar dinero de sus mandantes de la siguiente forma: libre administración, para invertirlos en títulos o valores a juicio del mandatario, para venta de títulos de crédito o de inversión con la obligación para el comprador de transferirle la propiedad de títulos de la misma especie a la vista o en un plazo convenido y contra reembolso de un precio”.
Según explican las entidades hay captación masiva si la suma de las operaciones supera el 50 por ciento del patrimonio líquido de la persona natural o jurídica que recibe el dinero, o si estas representan el resultado de la realización de ofertas públicas o privadas a personas indeterminadas, o de haber utilizado cualquier otro sistema con efectos idénticos o similares al de haber realizado dichas ofertas.
Además, se señala que la captación masiva también es captación ilegal, según los anteriores criterios, y si se ha adelantado por parte de personas no autorizadas por la Superintendencia Financiera de Colombia o la Superintendencia de la Economía Solidaria.
Se señala incluso que para prevenir el Estado debe intervenir toda actividad “en la que existan hechos objetivos o notorios que indiquen la entrega masiva de dineros a personas naturales o jurídicas, directa o a través de intermediarios mediante la captación o recaudo en operaciones no autorizadas, como: pirámides, tarjetas prepago, venta de servicios y otras operaciones semejantes a cambio de supuestos bienes, servicios o altos rendimientos sin explicación financiera razonable”.
Modalidades de captación masiva e ilegal de dinero
Algunos tipos de ahorro informal como las natilleras, cadenas, fondos de familiares o amigos podrían incurrir en la captación masiva e ilegal de dinero; se trata de modalidades que además no están sometidas a la vigilancia de la Superfinanciera o Supersolidaria.
Las autoridades han señalado que participar y administrar estas formas de “ahorro” informal implica varios riesgos. Por un lado, es posible que por medio de estos esquemas informales de ahorro se incurra en una captación ilegal masiva y habitual de dinero, si el administrador de la cadena o la natillera se obliga en forma masiva y a título personal a devolver el dinero o vincula a terceros que entreguen su dinero bajo la promesa de devolución de los recursos una vez cumplan con la condición de convencer a más personas de que realicen el mismo proceso.
También se señala que, si en estos esquemas informales de ahorro se superan los límites previstos en los supuestos de captación, sea o no el responsable de la devolución de los recursos miembro del grupo o una de las personas que conforman el fondo, las autoridades lo entenderían como una captación ilegal de recursos.
Por si fuera poco, se trata de un delito establecido en el Código Penal (Artículo 316) en donde se califica a la captación ilegal de recursos como tal. Ante esto, se señala que “quien desarrolle, promueva, patrocine, induzca, financie, colabore o realice cualquier otro acto para captar dinero del público en forma masiva y habitual sin contar con la previa autorización de la autoridad competente” puede enfrentar el castigo de prisión de 10 a 20 años (de 120 a 240 meses) y multas de hasta de 50.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
“Si los promotores de la captación hicieron uso de medios de comunicación social u otro medio de divulgación colectiva, la pena se aumentará hasta en una cuarta parte. Adicionalmente, quien haya captado recursos del público y no los reintegre, incurrirá en prisión de 96 a 180 meses por esta sola conducta y multa de 133.33 a 15.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
Cadenas
Herramienta informal de ahorro utilizada por personas naturales, conformada por unos 20 participantes o menos. En esta se establece la periodicidad, el valor de la cuota a aportar, el monto total y la forma o turno en que cada uno de los integrantes de la cadena va a recibir el pago total, sin intereses o rendimientos. El turno se recibe por sorteo. Quien figura como responsable de la cadena puede postularse o ser designado de común acuerdo entre los participantes
En Colombia, las CADENAS no tienen parámetros de reglamentación definida y su única garantía es la palabra de los participantes.
Funcionamiento
Para ilustrar cómo funciona podemos tomar como ejemplo una cadena de 12 personas con aportes de $100.000 mensuales durante un año. Por sorteo se le asigna un puesto o turno a cada participante y corresponde al mes del año en que recibirá el monto total del aporte mensual de cada participante. Los miembros de la cadena deben continuar entregando la cuota mensual hasta el último turno asignado así ya hayan recibido los recursos.
Natilleras
La superfinanciera y Supersociedades señalan que las natilleras nacieron con el florecimiento industrial del Valle de Aburrá. Los grupos de trabajadores de cada fábrica creaban fondos comunes mediante los cuales se anticipaban a gastos imprevistos. Los fondos empezaron a llamarse “natilleras” porque servían para los gastos de diciembre. Con el paso del tiempo las “natilleras” familiares se fueron convirtiendo en programas de ahorro del vecindario, con sumas considerables de ahorro y capitalización.
De nuevo este esquema, como el anterior, se basa en acuerdos de voluntad basados en la confianza y celebrados entre personas conocidas o recomendadas, familiares o amigos que se unen y se comprometen a hacer un aporte mensual durante un tiempo determinado. Las personas miembros pueden acceder a préstamos, a su vez beneficiarse de los rendimientos que se obtengan de ellos o derivados de otras actividades que generen utilidades como pueden ser rifas, bazares y bingos, o la venta de alimentos.
Si alguno de los socios requiere dinero urgente, como alguna calamidad doméstica, el fondo puede llegar a hacerle un préstamo de emergencia a un interés acordado por el grupo.
https://www.huellaforense.com/informes-especiales/telares-de-los-suenos-el-riesgo-es-confiar