Regulación Financiera: ¿Hacia bancos de una sola ventanilla?

Se cumple ya una década de la crisis financiera global. Durante el período 2007-2013 ocurrieron importantes hechos financieros: i) se liquidó Lehman-Brothers; ii) se ocasionó la pérdida de la vivienda a cerca de 5 millones de hogares; iii) se forzó la conversión de entidades-sombra en bancos de intermediación con acceso a recursos del Fed (haciéndolos objeto de todas las obligaciones que esto implica); y iv) se limitó seriamente el apalancamiento de los bancos a través de adoptar exigencias de capital-fresco vía la Ley Dodd-Frank (en 2010) y la plantilla global de Basilea III (durante 2014-2016). 

A juzgar por los resultados bancarios del período 2014-2018, los bancos a nivel global se han adaptado bastante rápido y bien a dichas exigencias regulatorias. Les ha ido claramente mejor a los bancos de los Estados Unidos que a la banca de Europa, pues esta misma se había mostrado reticente a incrementar su capital-líquido y tardó demasiado en limpiar sus balances de activos-tóxicos provenientes de la grave crisis hipotecaria (particularmente en Grecia, España y Gran Bretaña). Con estrategias diversas, grandes bancos de Europa (como Deutsche Bank, Hsbc, Bbva y Santander) están regresando al mercado con interesantes enfoques para explotar el mundo del Fintech. 

Mencionábamos recientemente que, a nivel global, se tenía un primer bloque de “bancos globales corporativos”, donde se destacan el Citibank (con su liderazgo en América Latina) y el Hsbc (en Asia). Estos bancos habían tenido serios problemas financieros al tratar de explotar “todos los servicios bajo un mismo techo” o “pensando globalmente y actuando localmente”. Ellos tuvieron que “achicarse” y, en muchos casos, abandonar el mundo del menudeo de las pymes, ver gráfico adjunto y Comentario Económico del Día 5 de junio de 2018. 


En un segundo bloque estaban los “bancos de inversión con tendencias globales”, donde se han tenido resultados diversos. Por ejemplo, la fusión del Chase Manhattan-Bank con JPMorgan en el año 2000 tardó años en consolidarse, pero recientemente ha mostrado buenos resultados. En cambio, la estrategia del Deutsche Bank a nivel global no ha sido tan exitosa y recientemente ha tenido que replegar su estrategia, especialmente en el mercado de los Estados Unidos, cerrando su unidad de commodities (al igual que Goldman-Sachs) y buscando explotar de mejor manera sus mercados internacionales, en vez de intentar competir con los grandes bancos locales de Estados Unidos. 

En un tercer y último bloque aparecen los bancos con inclinaciones hacia una estrategia de manejo al menudeo (retail) desde una plataforma global, como ha sido el exitoso caso del Banco Santander (The Economist, febrero 24 de 2018). Su estrategia en América Latina se ha focalizado en México y Brasil, donde todavía tiene un gran espacio por ganar, pero donde los desafíos del Fintech son particularmente demandantes, dada la elevada competencia global. 

La incertidumbre global sobre las posibilidades de expansión por el lado activo del balance han sido tales que recientemente se han visto solicitudes al Fed para que deje operar a algunos bancos bajo el peculiar sistema de los llamados “narrow-banks” (banco de una sola ventanilla de captación). La lógica de esta solicitud estriba en que estarían buscando ganarse comisiones explotando la provisión de liquidez que hace el Fed y evitando obligaciones de captadores que les impone el Fdic, ver The Economist, “Narrow Banking”, septiembre 22 de 2018. 

En efecto, “las cuentas alegres” que hacen estos bancos de solo ventanillas de captación de dinero del público (por el momento limitados a dineros provenientes de las firmas y no de los hogares) es que podrían tener ganancias entre 50 y 100 puntos básicos (pbs) por cada depósito intermediado. Esas ganancias se explicarían, más o menos, así: los bancos pondrían a rentar esos recursos a la tasa-repo del Fed, generándoles ingresos brutos cercanos a 2,25%, pero tendrían que reconocerle a sus depositantes, digamos, 1,25%; luego la ganancia potencial sería hasta de 100pbs. 

Ahora bien, si el Fed aduce que ese tipo de depósitos también están sujetos al pago de corretaje del Fdic, es probable que la ganancia se reduzca a unos 50pbs. Pero estos bancos de una ventanilla están contra-argumentando que estos recursos estarían invertidos con el Fed y que ellos ya tienen el respaldo del Tesoro (cero riesgo), luego el pago al Fdic sería redundante. 

En síntesis, el mercado bancario está cambiando rápidamente en su concepción global, en sus aristas potenciales de Fintech y ahora se tiene esta novedad de bancos de solo ventanillas de captación (aunque su número no debería ser abultado). La mayor amenaza proviene es del mundo desintermediado de los fondos de capital privado, tema que analizaremos en otra ocasión.


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