Lo frustrante de las llegadas tarde, los días de incapacidad, la procrastinación y dejar las cosas para lo último, son el dinero y las oportunidades que se dejan de ganar.
El tiempo, aunque no se puede renovar, puede ser usado como sistema monetario para el intercambio de ayudas y servicios. Mediante un banco de tiempo, Paula Gonzáles Vergara, una antropóloga de 42 años, usó su tiempo para conseguir que le arreglaran el computador en dos ocasiones, que su hijo de 10 años tomara clases de música y recibió asesoría de una abogada sobre servicio doméstico.
Además le dictó clases de cocina a otros beneficiarios del banco de tiempo. “Es una propuesta muy útil e interesante. Transgrede el sistema normal monetario, pone a prueba a solidaridad de mercado”, manifiesta Paula.
Los bancos de este tipo son una opción real. En Iberoamérica están en España, Costa Rica, México, República Dominicana, Chile y Colombia. Se basan en conceptos del documental ‘Time as Money’ que hicieron los bancos de tiempo de Los Ángeles, los primeros en aparecer, bajo la premisa "todos necesitamos algo y todos tenemos muchas cosas para ofrecer".
La idea consiste en usar sus habilidades técnicas y profesionales para ayudar a una comunidad entera, y a cambio de esa cooperación, usted ingresa como un integrante más del banco de tiempo. En resumen, el proceso es el siguiente:
-Escriba a bancodeltiempocolombia@gmail.com.
-Diligencie los documentos que son solicitados.
-Al ser aprobada la solicitud tendrá acceso a la plataforma TimeOverFlow.
-Cuando abra su cuenta iniciará con 10 horas.
-Revise las ofertas de personas y decida cómo utilizar su cuota de tiempo.
-Por ejemplo, tome una hora de karate, luego una hora de fotografía y así.
-Para recuperar horas, debe ofrecer sus servicios y así otros usuarios le transferirán horas
Al cooperar, usted recibe su pago en tiempo y puede pedir otro servicio a la comunidad usando ese tiempo que ha ganado. De esta manera se crea una ‘economía solidaria’ local que no implica el pago en dinero por el servicio o aprendizaje adquirido.
Aunque los bancos son autónomos, la Asociación Para El Desarrollo De Bancos Del Tiempo los asesora y documenta. En Colombia se encuentran dos bancos de tiempo: uno en Bogotá y el otro en Yopal (Casanare). Además, hay proyectos que están iniciando en Cartagena, Bucaramanga y Cali.
El proyecto se lanzó en nuestro país el 7 de enero de 2016 en el bar A Seis Manos, donde 40 personas se inscribieron. “No esperábamos tanta gente y menos en esa fecha cuando comienza el año”. En Yopal, el proyecto inició en febrero, pero ya venían funcionando desde enero mediante la ONG Corporación Imagina. Al comienzo, usaban hojas de Excel para transferir el tiempo, pero luego eso cambió: “Hablamos con el banco de tiempo de Barcelona y nos dieron acceso a la plataforma”, comenta Zania Roa, fundadora del banco de tiempo de Yopal.
En el mundo, el sistema funciona usando la plataforma virtual Time Over Flow, mediante la cual los usuarios generan ofertas y demandas. Al abrir una cuenta cada usuario crea un perfil donde escribe los servicios que ofrece y los que necesita.
Cada miembro tiene 10 horas que puede invertir en actividades que van desde clases de inglés hasta armado de muebles y grabado en linóleo. “Aquí la intención es que todo sea solidario compartido y gratuito”, aseguró Maribel Moreno, fundadora del banco de tiempo en Colombia.
“La idea es brindar una red social fuerte que soporte nuestras necesidades, es una estrategia de liberación del sistema formal que siempre busca sacarnos plata”, agregó Maribel. El Banco De Tiempo Bogotá ha venido organizando encuentros entre la comunidad de usuarios.
“La intención de los encuentros es que las personas aprendan algo y se conozcan”, afirma la fundadora y secretaria técnica del banco. El primer encuentro que tuvo lugar en febrero fue un taller gratuito de cocina, que dictó una de las usuarias y el banco le pagó las horas que duró el taller.
El segundo encuentro fue un taller de fotografía en el Jardín Botánico en abril, dictado por un usuario que es director de cine. Y en mayo, en el tercer encuentro hubo un trueque de artículos usados y taller de finanzas personales presentado por otro usuario.
“Me pareció muy importante que la gente se diera cuenta que sí se puede aprender y generar conocimientos sin ningún costo, simplemente el tiempo” dice Atisah Viilalba, cofundadora del banco, quien ha recibido clases de costura y de cocina como también ha dado clases de inglés conversacional.
El Banco en Bogotá cuenta con 100 miembros y ha tenido más de 162 intercambios entre ofertas y demandas. Para recibir información, solo tiene que revisar la página www.facebook.com/bdtcolombia/ y escribir a bancodeltiempocolombia@gmail.com para poder crear un perfil.
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