Según recomendaciones de la Comisión de Expertos Tributarios es necesario el aumento en la tarifa de este impuesto. Este informe será insumo de la reforma tributaria del 2016.
Luego de varios meses de estudio y análisis, quedó en firme la propuesta de hacer un incremento en el IVA general a muchos de los productos de la canasta familiar, cuya tarifa actual está en el 16 por ciento.
Esta recomendación, por parte de la Comisión de Expertos Tributarios fue presentada el 23 de diciembre. El informe será insumo para hacer la reforma tributaria del año entrante, no solo irá sin remedio, sino que además, el aumento sería de un 2 puntos porcentuales.
El ajuste llegaría en un momento en el que la inflación alta, por encima del 6 por ciento, ya está poniendo talanquera a la capacidad de los hogares para adquirir bienes y servicios, especialmente alimentos, en donde la inflación se trepa al 10 por ciento.
Según el Dane, el consumo de los hogares sigue aportando una gran cuota al crecimiento, pues su dinámica del consumo final fue de 3,5 por ciento entre julio y septiembre pasados, por encima del PIB.
Esto, sin contar con los anuncios de los empresarios, no solo de que no generarán tanto empleo nuevo, sino que, por el contrario, podrían reducir puestos de trabajo.
Por eso, el golpe del IVA al consumo, uno de los elementos que está haciendo crecer la economía colombiana, no se hará esperar.
Según la firma Raddar, al subir el IVA se produce una “contracción de la capacidad de compra y una reconstrucción de la estructura de consumo”.
Esto significa que las personas dejan de consumir los productos con un impuesto mayor, para migrar a otros con menores tasas.
Por ello, para el senador Iván Duque, del Centro Democrático, “aumentar el IVA cuando la inflación campea puede ser una medida peligrosa, más si el Gobierno no se amarra el cinturón y nos sigue pasando a todos la factura”.
Para Raddar, el IVA ya pesa bastante en el gasto de los hogares: el 4,85 por ciento, según sus cálculos.
Los colombianos pagan mensualmente una tasa de este impuesto que en promedio, es superior al 5 por ciento, lo que implica que, por cada 100 pesos que vale lo que necesitan para vivir, están sacando 5 pesos adicionales que van a parar a la bolsa tributaria, cuando no se quedan en las cajas registradoras de los evasores.
El promedio se da porque hay 3 tarifas diferenciales, aparte de bienes excluidos y exentos.
Pero, en términos generales, el 90 por ciento de los productos y servicios de uso en el país están gravados con la tarifa general.
En el 10 por ciento restante entran 156 bienes excluidos del IVA (ejemplo la cebolla y similares); otros 53 que están gravados con el 5 por ciento (ejemplo la medicina prepagada); 26 que están exentos, es decir, técnicamente no pagan nada porque la tarifa es 0.
ES NECESARIO
De un incremento del IVA, por ser un impuesto indirecto, no se escaparía nadie, porque todo el mundo tiene que comer (el servicio en unos restaurantes está gravado con el 16 por ciento y en otros con el impuesto al consumo, de 8 por ciento); todos tienen que vestirse, y suplir otras necesidades que están salpicadas por la tributación.
El lío es que la necesidad existe. La justificación de un aumento de la tarifa general está más que revelada en el país.
Hay un hueco fiscal dejado por la dependencia que Colombia tenía de la renta petrolera, la cual se cayó en 20 billones de los 24 billones de pesos que generaba.
Si a ello se le suma que Colombia tiene un nivel de recaudo del 17 por ciento del PIB, lo que es muy bajo en comparación con el de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), los argumentos sobran. Más aún, si se agrega el alto costo que implicará la paz, calculado a mano alzada entre 187 billones de pesos en 10 años, hasta 300 billones.
Mario Valencia, de la Red de Justicia Tributaria cita a la Comisión Económica para América Latina (Cepal), organismo que ha establecido que, “las tarifas elevadas de IVA aumentan la propensión a la evasión. Asimismo, altas tasas están relacionadas con bajos índices de productividad del impuesto. Esto sin mencionar que un aumento del IVA reduce el poder adquisitivo de las personas, pero también presiona el alza generalizada de precios, ya que al comprar el mismo bien, este resulta más costoso”.
Agregó que “con un posible aumento en el IVA, del 16 al 19 por ciento, se esperaría recaudar cerca de 10 billones de pesos adicionales”, lo que mermaría el consumo de los hogares, que en los últimos 5 años ha subido en 5 por ciento mientras que, “el IVA interno ha crecido en promedio en los últimos 4 años un 7,2 por ciento anual”.
Cada una de estas premisas tendrá que tener en la lupa la Comisión de sabios tributarios, que ya está dando los últimos toques al informe final en el que una de las sugerencias más impactantes será el incremento del IVA.