Medido en dólares, todos los colombianos perdieron el 50 por ciento de su patrimonio en 2015. La devaluación fue la principal causa, pero no la única.
Este fue un año no apto para cardiacos. Aunque con la caída del petróleo, que comenzó en 2014, ya se presagiaba que 2015 sería difícil para las finanzas públicas, la verdad es que las principales variables de la economía sorprendieron negativamente a más de uno.
El dólar no dejó dormir a muchos. La divisa estadounidense arrancó el año en 2.392 pesos y durante el primer semestre se movió por debajo de los 2.600 pesos. Pero a partir de entonces comenzó una carrera ascendente hasta superar la barrera sicológica de los 3.300 pesos, hace apenas unos días. La devaluación del peso en lo corrido del año llegó al 40 por ciento.
Por este efecto, ahora los colombianos se perciben más pobres pues, medido en dólares, su patrimonio vale casi la mitad. Y, por el contrario, los productos importados y los viajes al exterior están por las nubes.
Lo peor es que la fortaleza del dólar, que ha sido un fenómeno mundial ante la caída del precio internacional del petróleo, no ha beneficiado las exportaciones colombianas como se esperaba.
Sin embargo, sí se ha trasladado bruscamente a los precios de la canasta familiar. Esta es precisamente la segunda sorpresa. A pesar de que desde mayo se advertía que la mayor devaluación se estaba trasladando fuertemente a la inflación, algunos esperaban que se corrigiera en el segundo semestre del año. Sin embargo, el fenómeno de El Niño comenzó también a afectar los precios.
Hay quienes opinan que la junta del Banco de la República se demoró en subir las tasas de interés para detener a tiempo la inflación, que en el quinto mes del año ya superaba la meta del Emisor. El banco central llevó la tasa de intervención a 5,50 por ciento (con alzas fuertes en las últimas sesiones) y envió al mercado la señal de que controlar la inflación es su prioridad.
Según la última encuesta de expectativas, realizada por el Banco de la República entre 43 analistas locales, la inflación promedio esperada para el cierre de 2015 se sitúa en 6,67 por ciento, una cifra que no se veía desde hace mucho tiempo. Hasta noviembre, según el Dane, los precios al consumidor presentaban una variación de 6,11 por ciento, cuando en el mismo periodo del año pasado era de 3,38 por ciento. Cabe recordar que el país viene de inflaciones muy bajas. En 2013, la variación del IPC fue de 1,92 por ciento –la más reducida en 16 años– y 2014 cerró con 3,66 por ciento.
El petróleo también desveló a todos en el planeta, en especial a los países productores y a los que dependen en alto grado de su exportación. Colombia sin ser un país petrolero es altamente dependiente de su renta. Pues bien, el crudo no paró de caer.
El Brent (referencia para Colombia) cerró 2014 a 72 dólares el barril y aunque hasta agosto de este año se movió entre 50 y 65 dólares, en los últimos meses se ha descolgado de 40 dólares. Según la página especializada PrecioPetroleo.net, el Brent se ha cotizado apenas a 13 centavos por encima del mínimo de 36,20 dólares por barril registrado en diciembre de 2008. Lo grave es que de acuerdo con expertos no hay razones muy fuertes para pensar que comenzará pronto a subir.
La caída del petróleo ha agudizado la situación de las petroleras en todo el mundo, afectando su valor en la bolsa. En Colombia, la acción de Pacific Rubiales es la más golpeada. Durante el año ha bajado 78 por ciento. La acción de Ecopetrol, entre tanto, se ha desvalorizado un 45 por ciento, hasta descolgarse de los 1.200 pesos.
Claramente, la caída no solo ha afectado las acciones de las petroleras. En general, todas las que cotizan en la Bolsa de Valores de Colombia han sido castigadas. El índice Colcap –que refleja las variaciones de los precios de las 20 acciones más líquidas del mercado– ha caído un 23 por ciento y completa cinco años de descenso.
A las cifras anteriores, y como consecuencia de algunas de ellas, hay que agregar el colapso de las exportaciones tradicionales, las cuales, hasta octubre, se contraían a tasas del 35 por ciento, mientras que las no tradicionales caían 10 por ciento.
Como se ve, 2015 fue un año para asustar a cualquiera. Qué pasará en 2016, es la pregunta del millón. Algunos creen que en el bisiesto se podrían corregir muchas de estas variables que ya han tocado piso o techo.
Barril sin fondo
El precio del petróleo no parece encontrar piso. Tanto el WTI como el Brent han caído con fuerza desde la reunión de la Opep del 4 de diciembre. Han llegado a los mínimos de los últimos 11 años.
Inflación por las nubes
Colombia venía de inflaciones controladas, lo que le daba al Banco de la República una calificación de diez, pues es su principal tarea. Sin embargo, en 2015 los precios se salieron de curso. La devaluación y el fenómeno de El Niño impulsaron la inflación a las nubes.
El precio del petróleo no parece encontrar piso. Tanto el WTI como el Brent han caído con fuerza desde la reunión de la Opep del 4 de diciembre. Han llegado a los mínimos de los últimos 11 años.
Trepada del dólar
El peso colombiano es una de las monedas más devaluadas del planeta. Se ha desvalorizado 40 por ciento durante 2015. La subida del dólar fue más pronunciada en la segunda mitad del año, cuando se trepó a los 3.000 pesos.
Tobogán bursátil
La Bolsa de Valores de Colombia es una de las más castigadas. Completa cinco años de descenso. Las acciones que más caen son las petroleras, pero no son las únicas. El Colcap, principal indicador de la bolsa ha caído más de un 23 por ciento.