Para el mercado laboral temporal, la Navidad empieza en octubre. Según el gremio de empresas de servicios temporales (Acoset), desde ese mes se inicia la oferta de empleo, debido a que las compañías buscan incrementar su producción para surtir la demanda de artículos característica de cada fin de año.
De acuerdo con lo expresado por Miguel Pérez García, presidente de Acoset, el aumento en la contratación es de entre 8 y 10 por ciento frente a los otros meses del año.
Las entidades que se encargan de promover los servicios temporales son los principales proveedores de esta mano de obra que, a medida que se acerca diciembre, cambia el perfil del empleo que se ofrece.
“La actividad manufacturera es el más intensivo sector de vinculación de mano de obra. Representa un 25 por ciento de la colocación de trabajadores en misión (como se le llama al empleo estacional). Le siguen el sector comercio, con un 20 por ciento; y el de servicios, con un 16 por ciento”, dice el vocero.
Los últimos tres meses del año señalan un perfil distinto del profesional que se demanda.
Según la firma Manpower Group, si en noviembre se ponen de moda las impulsadoras, en diciembre pasa a ser prioritaria la mano de obra del sector comercial, y en enero, aparte de empleados relacionados con el sector turístico, la demanda empieza a crecer para cubrir la temporada escolar.
Esto, sin contar con que crece también la necesidad de enganchar laboralmente a almacenistas y personal de logística, pero además se dispara la demanda de auxiliares contables, no solo para apoyar los cierres financieros del 2015, sino para iniciar las cuentas del nuevo año.
Nuevo aire
Por estas circunstancias, pese a que en el país se habla de desaceleración económica, algunos analistas tienen la expectativa de que habrá un buen aire para el empleo en este último trimestre del año y el trabajo temporal en misión hará su aporte, toda vez que representa el 5,6 por ciento del empleo formal en el país, según Acoset.
Las estadísticas de este gremio señalan que las zonas con mayores alternativas son Bogotá, Barranquilla, Cali y el Eje Cafetero.
Los promedios salariales están por encima del mínimo y oscilan entre $ 900.000 y $ 1’000.000, según lo expresado por Pérez.
“Este tipo de empleo está en línea con el trabajo decente. Reconoce todas las garantías de ley y, en el 30 por ciento de los casos, los trabajadores terminan contratados directamente por la entidad que los requirió en la temporada”, agrega.
El Ministerio de Trabajo, entidad que autoriza el funcionamiento de las empresas del sector, indica que hasta marzo del 2015 existían 615 empresas, 243 sucursales y 5 agencias. En estas, además de la contratación de fin de año, el trabajador logra en promedio 2,5 contratos laborales al año.
Pero la expectativa no es buena para todos. Stéfano Farné, director del Observatorio Laboral de la Universidad Externado de Colombia, dice que, por el contrario, “en este momento se empiezan a ver solicitudes de despidos colectivos, exportaciones que no levantan la cabeza, inflación por encima del rango esperado, fenómeno del Niño, precio del petróleo que se mantiene bajo y dólar que sigue muy elevado”.
Las amenazas
A ello le agrega las amenazas de nuevos impuestos en un futuro próximo, por lo que estima que “al neto de efectos estacionales, el desempleo debería seguir creciendo, como lo ha hecho en los últimos meses”.
Según lo expresado por Farné, “mucho o poco de lo que pase con el empleo dependerá de lo que acontece con la informalidad, que desde enero crece de forma importante, y con los retiros de las fuerzas de trabajo, como ha pasado en meses recientes. Es evidente que si la informalidad sigue en aumento y los activos se vuelven inactivos, la tasa de desempleo experimentará un crecimiento moderado, aun con la dinámica de la temporada de fin de año”.
Para Pérez, entre tanto, “lo que observamos desde este gremio es que los distintos sectores están buscando estrategias para seguir produciendo. El comercio, por ejemplo, programa jornadas nocturnas, promociones, pagos a futuro, de manera que la dinámica de empleo seguirá”.
Farné concluye señalando que, aunque lo ideal es un empleo estable, “en momentos económicos no favorables como el actual, siempre es mejor un empleo temporal (formal) que un informal o el desempleo”.