“El 97% de los usuarios que tiene la organización pertenecen a los estratos socioeconómicos más vulnerables”, manifestó Mejía, y agregó que el 34% de ellos están en los municipios rurales del país.
La devastadora tragedia que destruyó al municipio colombiano de Armero (Tolima) motivó a una entidad financiera a apoyar las propuestas de negocio de los emprendedores de esa región del país que literalmente tuvieron que salir de las cenizas para recomponer sus vidas.
Bancompartir es el nombre de esta iniciativa que nació hace 30 años con el objetivo de “acompañar a los que más lo necesitan” en el proceso de formar una empresa, según lo explicó en una entrevista concedida a Dinero el presidente de esa organización, Gregorio Mejía.
El directivo, graduado en economía de la Universidad San Buenaventura de Cali, explicó que esa entidad financiera empezó como una organización no gubernamental (ONG) por iniciativa de la familia de empresarios Escobar, dueños de la compañía Acesco.
Luego de una recomposición empresarial, Bancompartir – antiguamente conocido como Finamérica – se convirtió en una entidad bancaria vigilada por la Superintendencia Financiera y se expandió por toda Colombia con la premisa de ofrecer canales de financiación para quienes no tenían acceso a los sistemas tradicionales.
Ahora, Bancompartir es considerado uno de los bancos más comprometidos con el proceso de otorgar créditos a desplazados y víctimas del conflicto armado, pues también está en sintonía con un eventual escenario de paz en Colombia, un país que ha estado en conflicto por más de 50 años.
“Esta es una entidad que se ha venido preparando para canalizar los recursos y esfuerzos que complementen a ese país que estamos soñando”, destacó Mejía, quien considera que el papel de este tipo de entidades será fundamental para la construcción de un nuevo país.
El futuro del campo pasa por la financiación
“El 97% de los usuarios que tiene la organización pertenecen a los estratos socioeconómicos más vulnerables”, manifestó Mejía, y agregó que el 34% de ellos están en los municipios rurales del país.
Actualmente Bancompartir atiende las necesidades de 370.000 empresas de familia en 23 departamentos colombianos. “El año pasado hicimos desembolsos por $500.000 millones y este año esperamos llegar a los $600.000 millones”, añadió el ejecutivo.
La empresa recientemente anunció un acuerdo con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) para apoyar a los empresarios de 342 municipios con vocación agrícola con recursos por US$35 millones en los próximos años.
Esta acción resulta importante en la medida en la que el campo colombiano, según cifras de esa entidad, “representa más del 75% del territorio nacional y concentra el 41% de la población más pobre del país”.
Hacia un modelo social de la financiación
El encargado de Bancompartir desde hace 9 años sostuvo que el factor diferencial de esa entidad es el vínculo que generan con sus usuarios, ya que el proceso para otorgar un crédito comienza con una visita a los empresarios para “conocer sus sueños” y “valorar” si pueden ayudarlos a cumplir.
La entidad también se encarga de fortalecer las competencias de los emprendedores en materia de educación financiera pues “un crédito mal dado puede destruir el tejido familiar”, señaló Mejía, al hablar acerca del compromiso que tiene esa organización con el desarrollo económico de las comunidades.
Muestra de ello es que en el municipio campesino de Cucunubá (Cundinamarca), Bacompartir apoya a los productores de lana para incentivar el tradicional negocio de las artesanías, mientras que en La Unión (Valle) adelantan acciones para impulsar la agroindustria, concluyó el presidente de la organización financiera.