En un año difícil para las cuentas del Estado por la caída de los precios del petróleo, a varios ministerios les tocará ser más creativos para conseguir los recursos que les hacen falta. En el caso del Ministerio de Ambiente son $10.000 millones que se necesitan para la protección de bosques, los programas de cultivos responsables, la conservación de los páramos y otras iniciativas.
El ministro Gabriel Vallejo aseguró que no creará impuestos verdes, pero sí espera poner en cintura a las empresas que consumen irresponsablemente o tienen o prácticas que atentan contra el ambiente.
Una de las propuestas de la Ocde es la creación de impuestos verdes ¿Han pensado en aplicarla?
Hoy tenemos unas herramientas que no han sido manejados de la manera adecuada y que buscamos ajustar como las sobretasas que se están cobrando en consumos y desperdicios. Hay un planteamiento a nivel nacional y regional de cobrar muy atractivo, por ejemplo en Antioquía hay una especie de pico y placa empresarial. En el área metropolitana las empresas tienen ciertos consumos en términos de energía y utilización de agua en determinados días y no en otros, así que aquellas que no cumplan con los acuerdos deben hacer unos pagos respectivos.
Con relación a la propuesta de la Ocde hay un proyecto muy concreto, pero personalmente creo que con lo que tenemos, si se maneja de forma adecuada, podemos obtener buenos resultados. Como país tenemos las tasas necesarias en retributivas, control a los vertimientos, sanciones, y en general lo que falta es que se cumplan de forma juiciosa y primero, antes de crear más impuestos toca es ponernos al día.
Específicamente, ¿en qué toca ponerse al día? Las tasas de consumo y posconsumo en desperdicios son muy bajas. Por ejemplo, en el manejo de basuras y rellenos sanitarios hoy en día se están haciendo cobros mínimos y tienen un gran costo ambiental. Tampoco se está haciendo un seguimiento adecuado en términos de territorio sobre cuáles son los consumos que se deben hacer y nos preocupamos del agua solo en épocas como estas del Fenómeno del Niño para hacer los cobros. Así, que creemos que en términos de vertimientos, utilización de agua y energía nos falta y no tenemos el rigor suficiente para lograr, lo que entre otras, la Ocde está pidiendo.
¿Con estos ajustes de cuánto se espera que sea el recaudo?
Vemos dos caminos, más que aumentar los recaudos, que es una consecuencia, lo que queremos es disminuir los consumos y que haya un uso adecuado de los recursos. Lo que planteamos a la Ocde es buscar mecanismos alternativos de fuentes de ingresos. Por ejemplo, el tema de pago por servicios ambientales que tiene dos características. Una, es como lo estamos haciendo en Cornare, gente que está dispuesta conociendo cuál es su consumo de carbono a pagar un dinero de más por un consumo de una olla de carbón por ejemplo. O por otro lado, como el de personas que viven en los páramos para que se conviertan y ayuden al cuidado de estos lugares. Para nosotros el tema de los cobros es importante, pero el tema de educación también. Es decir, hoy el objetivo de cobrarle a la gente por más consumo de agua no es tener más recaudo sino generar mayor consciencia.
¿Y cómo esperan que reciban ese tema las empresas?
A mi me parece que en el tema ambiental hay un gran nivel de conciencia y responsabilidad empresarial. Con la próxima expedición de la ley de vertimientos lo que nosotros encontramos es una enorme receptividad de los empresarios. Aquí no les estamos diciendo nada diferente a lo que ya sabían: si usted ahorra en los consumos de recursos y hace uso adecuado de estos no tendrá que pagar.
¿Cómo está el negocio de los parques naturales y qué ha pasado con Gorgona?
El tema de parques naturales esta bien pero quisiera que estuviera mejor, y esto lo menciono porque hay una limitación de recursos de $10.000 millones y porque gran parte de la dificultad radica en la imposibilidad en el tema de estructura humana para poder hacer un seguimiento adecuado. Pero en general, estoy convencido que es un gran camino para el posconflicto. Respecto a Gorgona, nosotros tenemos algunos planes. Estamos buscando un nuevo operador para seguir avanzando y ya tenemos varias opciones, entre ellas una firma española de ecoturismo, que también está interesada en manejar el tema en el país de manera integral. Además, no solo es a quien le interesa operar sino lo costoso que es ir al lugar por los problemas de acceso. Por eso queremos lograr que aerolíneas como Satena nos ayuden a subsidiar estos vuelos ya que lo que no puede pasar es que consigamos operador y a este le vaya mal porque al turista le sale muy caro ir.
Empresas se quejan de la demora en la aprobación de licencias ambientales, sobre todo por el lado de las CAR. ¿Qué están haciendo para mejorar?
Hace cuatro meses la crítica era que la Anla no funcionaba y a eso ya le dimos solución logrando sacar en los últimos cuatro meses el 95% de los trámites sin perder el rigor técnico. En el tema de las CAR, una de las críticas es que no sirven. Yo tengo una visión distinta. Uno tiene dos opciones, decir voy a acabar con las CAR, y ahí se pierde el año y la decisión que tomé fue meterme directamente a las CAR. Hoy he participado en 30 juntas directivas de las 33 CAR, y cuando se administra la política pública en el territorio el mundo es distinto. Así estamos haciendo seguimiento y acá hay un compromiso de las CAR y el Ministerio por agilizar técnicamente y por entender que el tema sectorial y ambiente es una preocupación del Gobierno.
Crecimiento verde en el Plan Nacional
Por primera vez en la historia del país en el Plan Nacional de Desarrollo el único elemento envolvente del Gobierno se llama crecimiento verde. Es decir, crecimiento verde es el foco central en torno al cual gira la estrategia del gobierno nacional en términos no solo del ministerio si no de otras carteras. Siendo así, cada ministro tiene que adoptar planes concretos para el tema ambiental. Para Vallejo la gran ganancia es que además de generar un plan interinstitucional se generan ocho planes más concretos de las otras carteras donde los ministros asumen unos compromisos cualitativos y cuantitativos. Por ejemplo, el ministro Aurelio Iragorri construirá viviendas rurales ambientalmente sostenibles. Esto quiere decir, casas con sistemas de ahorro, manejo de residuos y sistema de luz alternativa. Con lo cual toda la actividad va de la mano con el despacho ambiental.
