El anuncio que hizo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, al referirse a que una de las propuestas para ampliar el presupuesto del agro colombiano en 2014 es no desmontar el 4x1.000, empieza a generar sin sabores dentro del sector financiero, aunque esto le daría al Gobierno Nacional $2,7 billones adicionales para cubrir parte de la crisis, un impuesto que según los expertos resulta muy cómodo para la Nación pues es de fácil recaudo y resulta muy económico.
Cabe recordar que este impuesto se creó hacía el año 1.999 con el fin de suplir la crisis financiera , pero con el paso de los años éste ha servido de comodín de los gobiernos para cubrir otras necesidades financieras del país, una de ellas el terremoto del Eje Cafetero. Debido al paro cafetero en febrero de este año congresistas propusieron no desmontarlo y con el reciente paro agrario nacional volvió a resurgir la idea de mantenerlo, planteamiento que no descarta el Gobierno.
Según Horacio Ayala, exdirector de la Dian, “el 4x1.000 ha recibido muchas críticas porque no consulta la capacidad económica de la gente. Pero sigue vigente porque es muy fácil de recaudar, es muy efectivo y económico si lo compara con un impuesto sobre la renta o sobre las ventas. Este dinero se va para el tesoro nacional para cubrir todos los gastos de la Nación, y por lo tanto no tiene un destino específico en general. Los impuestos no pueden ser de destinación específica van todos a un paquete de ingresos y asignaciones presupuestales de inversión”.
La propuesta de Minhacienda se incluiría en un nuevo proyecto de ley que irá paralelo a la presentación del Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2014. De acuerdo con Cárdenas, “hay circunstancias extraordinarias, el país esta clamando por necesidades agropecuarias, el campo colombiano necesita ponerse al día porque se quedó atrás, todo eso requiere soluciones que obligan a plantear esfuerzos adicionales. Ante circunstancias extraordinarias, soluciones extraordinarias”.
El titular de la cartera de Hacienda afirmó que la crisis del sector agro en nuestro país no da espera y, por tal motivo, en el Legislativo se escucharán las propuestas necesarias para aumentar los ingresos de la Nación que permitan ampliar el PGN. “Vamos a tramitar en paralelo dos proyectos, el de los $199,9 billones y uno que conlleva gastos adicionales”, puntualizó Cárdenas.
Pero, ¿cómo afecta esta nueva decisión al sector financiero y a los usuarios de la banca en general, luego de que se creía que los costos de las transacciones iban a disminuir a partir de enero de 2014 con el 2 x 1.000? Según los expertos, el no desmonte de este impuesto no genera ningún impacto negativo inmediato, pues los usuarios ya están acostumbrados a pagarlo y aunque se tenía la perspectiva de que su desmonte gradual a partir de 2014 al pasar del 4x1.00 al 2x1000, establecido en la Ley 1430 de 2010, iba a disminuir los costos de los servicios financieros, el cambio no sería notorio. De acuerdo con Munir Jalil, economista jefe de Citibank, “el cambio es cuando pasa a cero, si el desmonte fuera definitivo sí se vería un cambio, creo que uno de los más afectados son las tesorerías de las compañías. Pero desde que empezó a operar este impuesto se vio un cambio en el uso del efectivo”.
Actualmente en el país al menos 20,8 millones de personas cuentan con un producto de ahorro o crédito, lo que según datos de Asobancaria, corresponde a un 67% de bancarización. Así mismo, al cierre del año pasado se recaudó un total de $5,4 billones a través de este impuesto, lo que representa una cifra relevante para el presupuesto nacional.
Para María Mercedes Cuéllar, presidenta de Asobancaria, “el 4x1.000 le resta crecimiento a la economía . Los ministros de Hacienda, desde que se creó el impuesto, han estado de acuerdo en que es muy inconveniente y que hay que quitarlo, pero de igual manera saben que es de fácil recaudo, funciona muy eficientemente, es cómodo, de gran facilidad y de gran volumen, por lo que uno entiende que los distintos ministros lo hayan mantenido todos estos años”.
Cuéllar agrega que hay una necesidad muy grande de apoyar el sector agrícola. “Es una realidad que viene de tiempo atrás, es un sector que ha estado muy aporreado por la guerrilla, por el narcotráfico, pero también se debe tener en cuenta que obstaculiza el proceso de bancarización lo que afecta a todo el mundo, además le resta dinamismo a la economía”.
Según Alfredo Barragán, experto en banca de la Universidad de Los Andes, “no es nada oportuno pero comprensible con respecto a las concesiones que hubo que dar. Afecta las transacciones y la bancarización, es decir, la que se hace a través de cuentas de ahorro y el bolsillo de los ciudadanos”.
El experto asegura que aunque se sabe que este impuesto resulta ineficiente para la economía no se ha desmontado debido a que “el gobierno no tiene cómo compensarlo. Este impuesto por lo fácil de recaudar a través de los bancos (carga operativa a estos )y de recibir inmediato frente a otras alternativas, es difícil sustituirlo o arriesgarse a otro.
Por último la presidenta de Asobancaria recalca que se debe tener en cuenta que bancarizar al país es facilitarle la vida a la gente, pues se ahorran muchos costos en términos de eficiencia, calidad y aporta muchos beneficios”.
No se ha hecho una petición real para retirar el 4x1.000
Aunque la creación del 4x1.000 fue en su momento para suplir una necesidad del sector financiero, este se ha mantenido vigente hace ya casi 14 años. A pesar del inconformismo de la banca y aunque se han generado muchas solicitudes del sector financiero para retirarlo, no ha habido en realidad una propuesta concreta para hacerlo. “Sí ha habido quejas, pero no se ha visto una intención real de acabar con ese impuesto. Desde que se eliminó el impuesto del timbre nacional, menos, ya que el gobierno estaría expuesto a dos reducciones”, afirma Ayala.
Según Horacio Ayala, exdirector de la Dian, “el 4x1.000 ha recibido muchas críticas porque no consulta la capacidad económica de la gente. Pero sigue vigente porque es muy fácil de recaudar, es muy efectivo y económico si lo compara con un impuesto sobre la renta o sobre las ventas. Este dinero se va para el tesoro nacional para cubrir todos los gastos de la Nación, y por lo tanto no tiene un destino específico en general. Los impuestos no pueden ser de destinación específica van todos a un paquete de ingresos y asignaciones presupuestales de inversión”.
La propuesta de Minhacienda se incluiría en un nuevo proyecto de ley que irá paralelo a la presentación del Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2014. De acuerdo con Cárdenas, “hay circunstancias extraordinarias, el país esta clamando por necesidades agropecuarias, el campo colombiano necesita ponerse al día porque se quedó atrás, todo eso requiere soluciones que obligan a plantear esfuerzos adicionales. Ante circunstancias extraordinarias, soluciones extraordinarias”.
El titular de la cartera de Hacienda afirmó que la crisis del sector agro en nuestro país no da espera y, por tal motivo, en el Legislativo se escucharán las propuestas necesarias para aumentar los ingresos de la Nación que permitan ampliar el PGN. “Vamos a tramitar en paralelo dos proyectos, el de los $199,9 billones y uno que conlleva gastos adicionales”, puntualizó Cárdenas.
Pero, ¿cómo afecta esta nueva decisión al sector financiero y a los usuarios de la banca en general, luego de que se creía que los costos de las transacciones iban a disminuir a partir de enero de 2014 con el 2 x 1.000? Según los expertos, el no desmonte de este impuesto no genera ningún impacto negativo inmediato, pues los usuarios ya están acostumbrados a pagarlo y aunque se tenía la perspectiva de que su desmonte gradual a partir de 2014 al pasar del 4x1.00 al 2x1000, establecido en la Ley 1430 de 2010, iba a disminuir los costos de los servicios financieros, el cambio no sería notorio. De acuerdo con Munir Jalil, economista jefe de Citibank, “el cambio es cuando pasa a cero, si el desmonte fuera definitivo sí se vería un cambio, creo que uno de los más afectados son las tesorerías de las compañías. Pero desde que empezó a operar este impuesto se vio un cambio en el uso del efectivo”.
Actualmente en el país al menos 20,8 millones de personas cuentan con un producto de ahorro o crédito, lo que según datos de Asobancaria, corresponde a un 67% de bancarización. Así mismo, al cierre del año pasado se recaudó un total de $5,4 billones a través de este impuesto, lo que representa una cifra relevante para el presupuesto nacional.
Para María Mercedes Cuéllar, presidenta de Asobancaria, “el 4x1.000 le resta crecimiento a la economía . Los ministros de Hacienda, desde que se creó el impuesto, han estado de acuerdo en que es muy inconveniente y que hay que quitarlo, pero de igual manera saben que es de fácil recaudo, funciona muy eficientemente, es cómodo, de gran facilidad y de gran volumen, por lo que uno entiende que los distintos ministros lo hayan mantenido todos estos años”.
Cuéllar agrega que hay una necesidad muy grande de apoyar el sector agrícola. “Es una realidad que viene de tiempo atrás, es un sector que ha estado muy aporreado por la guerrilla, por el narcotráfico, pero también se debe tener en cuenta que obstaculiza el proceso de bancarización lo que afecta a todo el mundo, además le resta dinamismo a la economía”.
Según Alfredo Barragán, experto en banca de la Universidad de Los Andes, “no es nada oportuno pero comprensible con respecto a las concesiones que hubo que dar. Afecta las transacciones y la bancarización, es decir, la que se hace a través de cuentas de ahorro y el bolsillo de los ciudadanos”.
El experto asegura que aunque se sabe que este impuesto resulta ineficiente para la economía no se ha desmontado debido a que “el gobierno no tiene cómo compensarlo. Este impuesto por lo fácil de recaudar a través de los bancos (carga operativa a estos )y de recibir inmediato frente a otras alternativas, es difícil sustituirlo o arriesgarse a otro.
Por último la presidenta de Asobancaria recalca que se debe tener en cuenta que bancarizar al país es facilitarle la vida a la gente, pues se ahorran muchos costos en términos de eficiencia, calidad y aporta muchos beneficios”.
No se ha hecho una petición real para retirar el 4x1.000
Aunque la creación del 4x1.000 fue en su momento para suplir una necesidad del sector financiero, este se ha mantenido vigente hace ya casi 14 años. A pesar del inconformismo de la banca y aunque se han generado muchas solicitudes del sector financiero para retirarlo, no ha habido en realidad una propuesta concreta para hacerlo. “Sí ha habido quejas, pero no se ha visto una intención real de acabar con ese impuesto. Desde que se eliminó el impuesto del timbre nacional, menos, ya que el gobierno estaría expuesto a dos reducciones”, afirma Ayala.
