El hueco de InterBolsa


Con la caída de la firma comisionista también se vino al piso el Fondo Premium de Curazao. El colapso total puede dejar 500 millones de dólares en pérdidas.

El hueco de InterBolsa. Rodrigo Jaramillo, Tomás Jaramillo, Víctor Maldonado y Juan Carlos Ortíz.
Rodrigo Jaramillo, Tomás Jaramillo, Víctor Maldonado y Juan Carlos Ortíz.





Todavía está fresco en la memoria de muchos colombianos, lo que sucedió con los sonados casos Stanford y Madoff, hace apenas unos años. Quienes invirtieron su dinero en esos fondos extranjeros -que resultaron ser pirámides de estrato alto- aún están contando las pérdidas y lamentando haber caído en la tentación de obtener jugosas ganancias, a través de vehículos de inversión 'aparentemente' confiables.

Pues bien, guardadas las proporciones con esos dos casos que ya fueron declarados como fraude, ahora 1.260 colombianos están viviendo otro drama similar por cuenta del Fondo Premium, una estructura financiera de inversión creada en Curazao -Antillas Holandesas- y que representaba y promocionaba en Colombia la comisionista InterBolsa, hoy en liquidación.

Con la bancarrota de la firma bursátil, se vino al piso dicho Fondo que tenía un valor estimado de 174 millones de dólares (monto aún por establecerse contablemente), es decir, poco más de 300.000 millones de pesos. Ahora, por cuenta de ello, los dueños de InterBolsa están en serios líos judiciales y miles de inversionistas colombianos están contratando abogados, pues temen un desenlace fatal en el que pierdan el dinero que invirtieron.

Lo más grave de este asunto es que, según fuentes consultadas, quedó al descubierto que el Fondo Premium tenía una opaca estructura financiera que captaba ahorros de personas naturales en Colombia -a través de la firma comisionista InterBolsa- que después eran canalizados hacia la compra de acciones y otras propiedades para muchos de los accionistas del Grupo InterBolsa. Estas mismas acciones serían la base de los 'repos' tristemente célebres que hoy están en entredicho.

Los 'repos' de Fabricato y de InterBolsa eran apenas la punta del iceberg de un escándalo mucho mayor que comienza a destaparse. Ya el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, no duda en afirmar que "el tema de InterBolsa, es una típica pirámide de estrato seis".Y con un pleito de semejante envergadura, no es extraño que haya comenzado el desfile de connotados abogados para defender a damnificados e inculpados. 

El abogado Jaime Granados ya formuló denuncia penal en contra de los accionistas de InterBolsa Tomás Jaramillo, Juan Carlos Ortiz y Víctor Maldonado por los presuntos delitos de estafa, operaciones no autorizadas con accionistas o asociados, manipulación fraudulenta de acciones, y concierto para delinquir. Por su parte, el experto en temas bancarios y financieros, Sergio Rodríguez Azuero, en asocio con la firma de penalistas Sampedro & Riveros Abogados, defenderá a las personas que en Colombia metieron su dinero en el Fondo Premium a través de InterBolsa. 

SEMANA conoció que otros de los afectados en este capítulo del escándalo InterBolsa están reforzando sus reclamaciones con sus propios abogados. 

Por el lado de quienes tendrán que responder por las acusaciones de las víctimas, la lista de abogados la encabeza Jaime Lombana, apoderado de Rodrigo Jaramillo y su hijo Tomás; Miguel Córdoba Angulo asumiría la defensa de Juan Carlos Ortiz, e Iván Cancino de Víctor Maldonado.

Sin duda esta será una batalla de largo aliento y es difícil saber con exactitud cuánto dinero pudieron haber perdido quienes confiaron su dinero a InterBolsa y sus vehículos de inversión. Cálculos de quienes conocen bien este proceso indican que en el conjunto de instrumentos de inversión el hueco podría ascender a 500 millones de dólares, pero esto solo se sabrá al final del día de este caso.


La conexión Curazao 


Entre los hechos que más han sorprendido a quienes comienzan a investigar este escándalo, están los estrechos vínculos que unían al famoso Fondo Premium con el Grupo InterBolsa, que parecen ir más allá de la simple representación.

Para ver cómo se fueron configurando esas conexiones, hay que remontarse una década atrás cuando Juan Carlos Ortiz, socio de Rodrigo Jaramillo en InterBolsa, salió de las labores del día a día de la firma -aunque para ese momento siguia siendo uno de los grandes accionistas- y creó a Premium Capital Appreciation Fund, constituido en Curazao. Al polémico corredor de bolsa se uniría como socio fundador, Tomás Jaramillo Botero, hijo de Rodrigo Jaramillo, creador de InterBolsa.

Ortiz y Jaramillo se convirtieron, además, en socios de Premium Capital Investment Advisers, constituido en Delaware, Estados Unidos, compañía gestora de las inversiones del Fondo Premium. Según relata en su demanda Jaime Granados esta compañía era la que tomaba decisiones de inversión por cuenta del Fondo y con frecuencia estaba involucrada en la recaudación de capital nuevo para el Fondo. 

En Colombia, la firma comisionista InterBolsa ejercía las veces de corresponsal, es decir comercializaba el Fondo, pero no era este el único vínculo. Dos personas más surgen en esta conexión. Se trata de Rachid Maluf Raad y Juan Andrés Tirado, quienes desde el cuarto piso del edificio de InterBolsa en el norte de Bogotá, manejaron los hilos de Premium en Colombia.

Ambos están estrechamente relacionados con los accionistas de InterBolsa. Maluf es una de las personas más cercanas a Víctor Maldonado (el mayor accionista del Grupo InterBolsa). Su vínculo es de vieja data, pues proviene de la amistad de Maldonado con Tedy Raad (tío de Rachid), ambos también han tenido negocios en el pasado. Maluf también tenía estrechas relaciones con Juan Carlos Ortiz a través de diversas compañías. Por su parte, Juan Andrés Tirado es uno de los amigos más cercanos de Tomás Jaramillo, amistad que nació en las aulas del colegio Nueva Granada.

"La labor de estas personas era la de promocionar y manejar el portafolio, haciendo presentaciones acerca del Fondo y soportando técnicamente las inversiones. Los comerciales de InterBolsa que promocionaban la inversión en el Fondo debían apoyase en ellos, dado que tenían el conocimiento profundo acerca del manejo de las inversiones y políticas del Fondo", dice un estudio elaborado por el equipo de abogados de Sergio Rodríguez Azuero. Para este experto en temas financieros, esta circunstancia estaría mostrando que las decisiones de inversión de Premium se tomaban realmente en Colombia.

"El vínculo profundo y perverso entre el manejo amañado del Fondo Premium y los intereses de los gestores del Grupo InterBolsa o sus accionistas preponderantes es innegable", recalca Rodríguez. Esto, a pesar de que el Fondo Premium es una entidad domiciliada en Curazao, que tenía un representante legal (la firma Eclipse) en cabeza de Eric Anderson, con un administrador propio (Amicorp) y con un auditor como la firma Ernst & Young. 

Estas relaciones confirmarían la tesis que han expuesto algunos, entre ellos el representante a la Cámara, Simón Gaviria, quien ha investigado el escándalo a fondo y promovió el debate en el Congreso en el cual salieron a flote importantes revelaciones. Una de esas sería que no era verdad, como se afirmaba, que la función de InterBolsa era captar recursos de inversionistas en Colombia para el Fondo con la intención de invertirlo en el exterior. "El Fondo Premium decía que invertía en renta fija en el exterior, pero en la realidad lo invertía en Colombia teniendo otro gran conflicto de intereses".

Muchos afirman que Premium se había convertido en la caja de InterBolsa. Los corredores de la firma recibían mejores comisiones por los clientes que invirtieran en el Fondo de Curazao. En agosto pasado, cuando el Fondo bajó su rentabilidad (- 0,29 por ciento), las comisiones aumentaron para atraer más recursos.

Y definitivamente, dentro del esquema montado, lo que más ha llamado la atención es el hecho de que muchos recursos que salían de Colombia con destino al Fondo Premium volvían al país a través de dos empresas: Valores Incorporados S.A. y Rentafolio Bursátil y Financiero S.A.S. La primera es de propiedad en un 82 por ciento de Andean Capital Markets, domiciliada en Panamá y la segunda también de otra firma panameña.

Se conoció algunos detalles del balance de Valores Incorporados (esta firma en el pasado perteneció a Juan Carlos Ortiz y su familia) que muestran que entre sus activos, además de acciones de Fabricato e InterBolsa, hay préstamos a personas vinculadas a toda esta telaraña empresarial, entre ellos Alessandro Corridori y Víctor Maldonado, a través de diferentes empresas de su propiedad.

En la demanda formulada por Jaime Granados, en el capítulo relacionado con autopréstamos se puede leer lo siguiente: "Utilizando empresas de Víctor Maldonado (Sumo, Helados Modernos, Mata y Tres Palmas) el gestor de inversiones (del Fondo) autorizó préstamos por un valor cercano a los 40 millones de dólares, los cuales fueron a parar a los bolsillos de Tomás Jaramillo, Juan Carlos Ortiz y Víctor Maldonado, en un evidente conflicto de interés".

Agrega que con la misma ausencia de rigor, los gestores del Fondo, Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz, prestaron 18 millones de dólares a InterBolsa de donde son socios. Según Granados, al enterarse de estas conductas fue que el director del Fondo (Eclipse) decidió el pasado 26 de noviembre terminar el contrato que tenía el Fondo con Premium Capital Investment Advisers.

Para observadores del mercado, en esta estrecha relación, se cruzaron los intereses de los clientes con los de los accionistas de InterBolsa. "Valores Incorporados es una compañía del Fondo Premium, que a su vez es gestionado por accionistas de InterBolsa. Acá hay implícito un conflicto de interés, porque la comisionista cuando conseguía clientes, estaba pensando simultáneamente en sus propios intereses y en los de sus clientes, los cuales no siempre coinciden", dijo una persona que conoce ambos negocios.

Como dice el abogado Sergio Rodríguez Azuero, en estricto sentido, el problema no es que se den conflictos de intereses -es parte de la vida misma- sino la manera como se resuelvan. Es decir, en favor de quién. Y en este caso, todo indica que era en favor de los accionistas y no de los clientes.

A los investigadores les ha llamado la atención la forma como se armó este andamiaje. Usar compañías en distintas jurisdicciones -en Curazao, Panamá, Estados Unidos- tiene el propósito de dificultar su vigilancia e inspección. Pero no es solo esto lo que sorprende. Alrededor de esta telaraña de empresas se encuentran sociedades con similitud de nombres que según fuentes, buscan confundir a las autoridades y a los inversionistas. "La red de InterBolsa mediante nombres parecidos para sus empresas confundía a la gente y manipulaba los precios de las acciones en las que tenía 'repos'", anotó Gaviria en sus debates.

Por lo visto, esta es una historia en la que todavía hay mucha tela por cortar. Y tal vez, le falten muchas más sorpresas.


El damnificado mayor
Perdió 35 millones de dólares y le habrían falsificado la firma. 


Como toda debacle financiera, el capítulo de las víctimas es la parte más dramática. Pues bien, en esta historia ya apareció el mayor damnificado. 

Se trata de Alfonso Manrique Van Damme, miembro de la junta Directiva del Grupo Odinsa, quien podría perder en este caso 35 millones de dólares. Esta suma, que hacía parte de los excesos de liquidez de dos compañías de Manrique, estaba invertida a través de cuentas en InterBolsa. 

“Es un caso infame” dice su abogado, quien habló. El asunto es que sin autorización de Manrique, Alessandro Corridori, quien montó la estrategia para hacerse a Fabricato, tomó dichos recursos para comprar acciones de la textilera y luego hacer ‘repos’ con estos títulos. Según informó el abogado, contra la orden expresa de no querer acciones de esta compañía, Corridori tomó los dineros y hoy Manrique no tiene ni los activos ni la plata. El afectado inició acciones judiciales pues aparentemente se falsificó la firma del representante legal de una de las sociedades. “Todo indica que en el afán de último momento tomaron recursos a diestra y siniestra para sostener los ‘repos’”.


¿Hueco de 500 millones de dólares?
Dada la compleja organización alrededor de InterBolsa hay damnificados por muchos lados.


Aunque es difícil saber con exactitud a cuánto podrían ascender las pérdidas en este colapso financiero, algunos analistas han estimado que podrían acercarse a 500 millones de dólares o cerca de 1 billón de pesos. Dada la compleja organización creada alrededor de InterBolsa, hay damnificados por muchos lados. 

Según sus cuentas, hay que empezar a sumar los 50 millones de dólares de bonos emitidos en Luxemburgo que terminaron en manos de los clientes de InterBolsa que tiene sus cuentas en InterBolsa Panamá. Nadie sabe quién responderá por estos dineros. 

A este monto hay que agregarle la parte del Fondo Premium. Según comunicado del 8 de noviembre del propio Fondo, se estimaron las pérdidas como consecuencia de la liquidación de InterBolsa en 59,3 millones de dólares, aproximadamente. Sin embargo, se anticipa que podrían ser mayores. Incluso algunos piensan que superaría los 100 millones de dólares. Todo depende de lo que se recupere. Por otro lado, entre los ‘repos’ de InterBolsa, Fabricato, la BMC y Odinsa el hueco podría crecer otros 300 millones de dólares. 

Un analista de este caso, señala que no es de extrañar que salgan nuevos damnificados. Como se sabe, ya al borde del abismo se hicieron movimientos desesperados, muchos de los cuales apenas se estarían contabilizando. Es el caso de los dineros que se usaron de la Sociedad Administradora de Inversiones (SAI) por 80.000 millones de pesos para, a través de una triangulación con la Clínica Candelaria I.P.S., conseguir recursos que le urgían al Grupo InterBolsa para pagar un crédito a Bancolombia. 

También han comenzado a aparecer personas que están denunciando que tenían sus inversiones en la comisionista y sin su autorización InterBolsa tomó dinero y lo pasó a ‘repos’ de la textilera. Una inversionista contó que ya calcula su pérdida en 100 millones de pesos. En esta misma situación hay otros inversionistas según pudo conocer esta revista. De las víctimas no se escapa nadie. Se sabe que hasta la viuda de Luis Fernando Jaramillo –hermano de Rodrigo– Gladys de Jaramillo y su hijo Mario Jaramillo perdieron sumas considerables de dinero en ‘repos’ de Fabricato. Ya contrataron abogado para demandar y tratar de recupera algo del dinero invertido a través de InterBolsa. 

Los 1.260 inversionistas de Premium están a la espera de cómo se pueda resolver su caso. Según el abogado Rodríguez Azuero, se trata de ahorradores medianos que fueron afectados en su buena fe, pues no hubo información ni asesoría adecuada. “Los clientes fueron engañados, se les vendió un producto inexistente como ha ocurrido en los más sonados escándalos internacionales de malversación de recursos por captadores deshonestos”. Rodríguez afirma además que las acciones que se deban promover en el exterior no impiden ni obstaculizan las que se propongan en Colombia.

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