Dian y criptoactivos: el nuevo reporte obligatorio que transformará el control tributario



La DIAN avanza hacia una regulación más estricta del ecosistema de criptoactivos y ha anunciado su intención de exigir el reporte detallado de transacciones digitales realizadas en Colombia. Esta medida impactará a plataformas, empresas, comercios e incluso a personas naturales que utilicen criptoactivos para comprar, vender, intercambiar o custodiar recursos digitales. El objetivo es cerrar brechas de información, fortalecer el control fiscal y prevenir riesgos asociados al lavado de activos y la evasión. En este análisis explico qué significa esta propuesta, por qué cambiará la manera en que las organizaciones registran operaciones con criptomonedas y qué deben hacer desde hoy quienes usan activos virtuales en sus negocios. Desde Mi Contabilidad te acompañamos para cumplir con estas nuevas obligaciones, evitar sanciones y adaptar tu contabilidad al futuro digital. 

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La propuesta de la DIAN para reglamentar el reporte de transacciones con criptoactivos ha despertado inquietudes entre empresarios, contadores, emprendedores digitales y plataformas tecnológicas. Colombia venía operando durante años con vacíos de información en este tipo de operaciones, lo que dificultaba el control fiscal y dejaba a muchas organizaciones expuestas a riesgos tributarios y de cumplimiento. Ahora el país se alista para un sistema más robusto donde cada transacción digital deberá ser rastreable, verificable y reportada con precisión, especialmente cuando involucra movimientos significativos de valor. Este escenario obliga a prepararse desde ya, actualizar políticas internas y garantizar que la contabilidad refleje fielmente estas operaciones. En Mi Contabilidad creemos que la contabilidad no es solo números, es la base para decisiones sólidas y sostenibles, especialmente en escenarios tan dinámicos como el de los criptoactivos.

La intención de la DIAN de reglamentar el reporte obligatorio de transacciones con criptoactivos representa uno de los cambios más trascendentales en materia de fiscalización digital en los últimos años. Aunque Colombia ha avanzado en debates normativos, todavía existe una brecha considerable entre la velocidad del mercado digital y los marcos regulatorios disponibles. Esta nueva reglamentación busca cerrar esa brecha y garantizar un mayor control, trazabilidad y transparencia en un ecosistema económico que crece aceleradamente y que, por su naturaleza, puede ser utilizado tanto para innovación como para ocultar operaciones irregulares cuando no existe un adecuado seguimiento.

El primer aspecto que genera preocupación entre los empresarios es el alcance del posible reporte. Según el avance de las discusiones técnicas, la DIAN pretende que los sujetos obligados —plataformas de intercambio, empresas que operen con activos virtuales, proveedores de billeteras digitales, entidades que custodien criptoactivos e incluso empresas que reciban pagos en activos digitales— deban remitir información periódica detallada sobre las transacciones. Esto incluye identificadores de billetera, montos, fechas, características de la operación y datos del titular cuando aplique. Esta intención se alinea con estándares internacionales promovidos por organismos como el GAFI, la OCDE y las jurisdicciones que han fortalecido el control sobre activos digitales.

Colombia no es el único país en este proceso. En Europa, la Regulación MiCA ya dio pasos contundentes al exigir transparencia, protección al consumidor y controles estrictos de cumplimiento. En Estados Unidos, el IRS exige desde 2024 que las plataformas de criptomonedas reporten todas las transacciones de sus usuarios, como si se tratara de un corredor de valores. En América Latina, países como Argentina y Brasil ya regulan tributación y reportes obligatorios. La tendencia es clara: las autoridades fiscales del mundo están cerrando el cerco sobre operaciones con criptoactivos para evitar opacidad, evasión y riesgos de lavado de activos.

En Colombia, el problema siempre ha sido la falta de información estandarizada. Como contadora pública con más de 30 años de experiencia, he acompañado a múltiples empresas que operan en el entorno digital y, aunque cumplen sus obligaciones, el marco legal no les brindaba herramientas claras para documentar sus transacciones. La ausencia de una reglamentación sobre reportes hacía que cada empresa interpretara de forma distinta cómo registrar, valorar y revelar estos movimientos. Con este anuncio de la DIAN, el mensaje es contundente: se viene un nuevo estándar de transparencia y es mejor que las organizaciones se preparen desde ahora.

Esa preparación implica revisar operaciones pasadas, actualizar políticas contables internas bajo NIIF, ajustar manuales de procedimientos, fortalecer controles SARLAFT y documentar adecuadamente los flujos de compra, venta o intercambio de activos virtuales. La DIAN busca que cada operación pueda ser verificada con información verificable, y esto demanda una estructura interna ordenada. También exigirá que las empresas cuenten con sistemas contables capaces de integrar información en tiempo real, algo que he observado que muchas pymes aún no tienen.

Aquí es donde entra el acompañamiento tecnológico de Julio César Moreno Duque, quien integra la contabilidad tradicional con soluciones de transformación digital, automatización y BI. Las organizaciones que ya cuentan con sistemas modernos tienen una ventaja significativa: pueden capturar datos de transacciones digitales de manera estructurada y exportarlos cuando la autoridad lo solicite. Esto reduce riesgos, elimina errores manuales y mejora el cumplimiento. En Mi Contabilidad trabajamos bajo esa sinergia: combinamos la experiencia contable y tributaria con una tecnología que permite adaptarse de forma ágil a los cambios de la DIAN.

El problema no es solo cumplir con el reporte, sino entender las implicaciones del tratamiento contable. Bajo NIIF, los criptoactivos pueden clasificarse como inventarios, activos intangibles o incluso instrumentos financieros según el uso y la naturaleza de la actividad económica. Este tratamiento impacta directamente en los estados financieros, la valoración, el reconocimiento de deterioros y las revelaciones en notas. Para una empresa que recibe pagos en activos digitales, la falta de criterios claros puede llevar a errores que luego generan sanciones, diferencias patrimoniales o impactos tributarios inesperados. Por eso recomendamos a nuestros clientes revisar desde ya el tipo de criptoactivo que utilizan y el propósito para el cual se usa, pues esto determina toda la ruta contable.

La DIAN también busca un mayor control sobre los contribuyentes que, por desconocimiento o desinformación, creen que las operaciones con criptoactivos no generan obligaciones fiscales. La realidad es diferente: toda ganancia obtenida por la venta o intercambio de activos digitales está sujeta a tributación, ya sea en renta ordinaria, ganancias ocasionales o incluso como ingreso no constitutivo si la operación se enmarca en ciertos casos particulares. La nueva reglamentación evitará que estas operaciones pasen desapercibidas y permitirá que la autoridad cruce datos de manera automática con los sistemas internos, reduciendo la evasión.

Una de las preocupaciones más frecuentes que recibo de parte de empresarios es la protección de la información. Aunque la DIAN ha mencionado que se adoptarán protocolos de seguridad, es importante que las empresas cuenten con sistemas que resguarden esa información antes de enviarla. Las billeteras digitales y las plataformas de intercambio generan registros encriptados que deben ser preservados adecuadamente. Mi Contabilidad ha venido trabajando en guías internas para que nuestros clientes adopten buenas prácticas de documentación, respaldo y trazabilidad, lo cual será indispensable cuando la reglamentación entre en vigor.

Este tema también conecta con el cumplimiento laboral, UGPP y SARLAFT. Cada vez más empresas pagan bonos de productividad, comisiones o recompensas en activos digitales. La UGPP puede requerir información para verificar si esos pagos fueron incluidos en la base de cotización. En SARLAFT, toda operación con criptoactivos es considerada de riesgo medio-alto, por lo que exige un mayor análisis del origen de los fondos y del comportamiento de las transacciones. Aquí también es clave la asesoría adecuada, porque un error puede desencadenar sanciones significativas. Las empresas deben adoptar matrices de riesgo actualizadas y procedimientos claros sobre quién puede gestionar activos digitales, bajo qué condiciones y con qué evidencia documental.

A pesar de las dificultades, este proceso también trae oportunidades. La formalización del ecosistema de criptoactivos permitirá que más empresas adopten modelos de negocio innovadores. Con un marco claro, los contadores tendremos la capacidad de presentar información financiera más confiable y proyectar con precisión la viabilidad de iniciativas tecnológicas. El país podrá atraer inversiones responsables y reducir la percepción de riesgo. Este es un momento clave para quienes quieren mantenerse competitivos. Las empresas que se anticipen tendrán una ventaja estratégica sobre aquellas que esperen hasta el último minuto.

En este punto, vale la pena una microllamada a la acción: si tu empresa ya opera con criptoactivos, este es el momento de revisar tus procedimientos internos antes de que la DIAN publique la reglamentación definitiva. Retrasar el análisis puede costar sanciones, reprocesos y riesgos operativos.

La oferta sin riesgo que damos a nuestros clientes es sencilla: revisamos sin costo inicial tu situación actual y te entregamos un diagnóstico preliminar que te permitirá saber con claridad qué debes ajustar. En Mi Contabilidad creemos que la gestión tributaria debe ser preventiva, no reactiva.

El respaldo tecnológico juega un papel fundamental. Con el acompañamiento de Julio César Moreno Duque podemos integrar automatizaciones que capturan movimientos en billeteras digitales, consolidan información y generan reportes adecuados para procesos contables y fiscales. Este tipo de soluciones ya se usan en otras jurisdicciones con excelentes resultados, y permiten que la contabilidad se conecte con la economía digital de manera segura y eficiente. Aquí cobra vida nuestra segunda frase institucional: Construyendo un mundo nuevo; trabajando inteligente para el ingreso de nuestros clientes a la nueva era contable y tributaria.

Los casos reales que atendemos muestran que, cuando las empresas adoptan prácticas claras desde el inicio, el cumplimiento se vuelve liviano. En cambio, cuando se deja acumular información sin controles, corregirlo después se vuelve costoso. Hemos tenido clientes que manejaban volúmenes importantes de transacciones sin registros adecuados y, gracias a una estrategia correcta, pudimos reconstruir las operaciones, clasificarlas y documentarlas, evitando sanciones y regularizando su situación ante la DIAN. Es posible hacerlo, pero requiere conocimiento técnico profundo y herramientas tecnológicas sólidas.

Otra microllamada a la acción que no puedo pasar por alto: si operas con plataformas internacionales o si recibes pagos desde el exterior, debes prepararte aún más. La DIAN está diseñando este reporte con capacidad de cruce internacional. No dejes para mañana la revisión que puedes hacer hoy.

La segunda oferta sin riesgo consiste en una sesión personalizada donde analizamos tus operaciones con activos digitales y proyectamos los escenarios tributarios según el tipo de negocio. Sin costo inicial, sin compromisos y con claridad total. El objetivo es ayudarte a tomar decisiones informadas antes de que la reglamentación sea obligatoria.

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Mientras la DIAN avanza en la construcción del marco definitivo, la mejor estrategia es actuar desde ya. Un reporte obligatorio implica adaptar procesos administrativos, contables y tecnológicos, y quienes se preparen primero serán quienes enfrentarán este cambio con mayor seguridad. En Mi Contabilidad estamos listos para acompañarte en ese camino: te ayudamos a comprender el impacto tributario, ajustar tus políticas internas, preparar reportes confiables y adoptar herramientas tecnológicas que facilitan el cumplimiento.

Si hoy solucionas este problema con nosotros, seguiremos acompañándote para que no vuelva a ocurrir.

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Artículo elaborado por Diana Cristina Cardona Cardona, Contadora Pública con más de 30 años de experiencia en normatividad contable y tributaria en Colombia. Este artículo hace parte del compromiso de Mi Contabilidad de acompañar a empresarios, contadores e independientes en la nueva era contable y tributaria, garantizando confianza, claridad y cumplimiento normativo.

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Somos una firma colombiana con domicilio principal en Manizales, contamos con más de 15 años de experiencia profesional en el campo de la auditoria financiera, de gestión, y de sistemas, así como en el campo de revisoria fiscal. Contamos con un grupo de profesionales especializado en temas tributarios y de NIIF, temas que en la actualidad son imprescindibles en cualquier organización.

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