Imagina que eres un empresario colombiano que lleva años trabajando con asesores financieros certificados por el Autorregulador del Mercado de Valores (AMV). Un día recibes la noticia de que tu empresa quiere expandirse a Chile para captar inversionistas y listarse en su mercado bursátil, pero surge un obstáculo: tus asesores no son reconocidos en ese país. En el pasado, este tipo de barreras obligaba a duplicar procesos de certificación, invertir tiempo y dinero en capacitaciones redundantes, y retrasar proyectos estratégicos. Ahora, gracias al acuerdo entre los reguladores de Chile y Colombia, la homologación de certificaciones profesionales permitirá que expertos acreditados en un país sean reconocidos en el otro, simplificando la integración y reduciendo costos. Esta noticia marca un paso decisivo en la integración financiera regional y plantea grandes oportunidades para empresarios, contadores y firmas que desean crecer en ambos mercados.
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La noticia de que Colombia y Chile homologarán las certificaciones de los profesionales del mercado de valores no es simplemente un titular económico. Es una decisión que impacta directamente en la vida de cientos de contadores, auditores, analistas financieros, corredores de bolsa y, por supuesto, empresarios que dependen de ellos para tomar decisiones estratégicas. Como contadora pública con más de treinta años de experiencia, lo veo como una puerta que se abre para que nuestro país avance hacia un mercado más competitivo, transparente y con estándares internacionales.
Contexto y diagnóstico de la situación
Durante años, quienes deseaban operar en los dos mercados se enfrentaban a un obstáculo doble: certificarse con el AMV en Colombia y, a su vez, con la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en Chile. Ambos procesos eran válidos y rigurosos, pero la duplicidad generaba costos adicionales y, sobre todo, retrasos. He acompañado a empresas que, por no contar con asesores homologados en tiempo oportuno, tuvieron que aplazar emisiones de bonos o estructuración de portafolios de inversión. En términos financieros, esto significó perder oportunidades de financiamiento en condiciones favorables.
Esta realidad se asemeja a la que viven muchos de mis clientes pyme cuando enfrentan requerimientos de la DIAN o la UGPP. Un empresario de Manizales, por ejemplo, me decía hace poco: “Siento que cada entidad habla un idioma distinto, y yo debo traducirlos todos a la vez”. Esa sensación de fragmentación es justo lo que este acuerdo busca evitar en el plano financiero entre Chile y Colombia.
La normativa reciente y su respaldo institucional
En 2024 y 2025, tanto el AMV como la CMF avanzaron en mesas técnicas para definir los criterios de homologación. El objetivo no es bajar estándares, sino reconocer que ambos países han alcanzado niveles similares de rigurosidad en la certificación de competencias. El AMV, creado en Colombia en 2001 como organismo de autorregulación, exige a sus profesionales pruebas en ética, normatividad, análisis financiero y gestión de riesgos. En Chile, la CMF regula con parámetros equivalentes, alineados con la Ley de Mercado de Valores y las recomendaciones de la IOSCO (Organización Internacional de Comisiones de Valores).
La homologación, por tanto, no es un simple trámite. Es el reconocimiento mutuo de que los estándares técnicos y éticos son comparables, y que un profesional formado en Bogotá tiene las competencias necesarias para asesorar con seguridad a un inversionista en Santiago de Chile. Esto refuerza la credibilidad internacional de ambos mercados y amplía las posibilidades para que las empresas locales accedan a capitales transfronterizos.
Comparativo internacional: ejemplos y aprendizajes
No estamos solos en este camino. La Unión Europea, desde hace más de una década, permite la “passporting” de servicios financieros: un banco o asesor certificado en un país miembro puede operar en otros sin duplicar licencias. En Norteamérica, acuerdos similares entre Estados Unidos y Canadá facilitan la labor de asesores de inversión en ambos lados de la frontera. Incluso en Asia, Singapur y Hong Kong han creado mecanismos para reconocer certificaciones en finanzas y valores, con el fin de atraer capitales internacionales y consolidarse como hubs regionales.
El aprendizaje de estos casos es claro: la homologación de certificaciones no es un capricho bilateral, sino una estrategia probada para fortalecer mercados y aumentar la confianza de inversionistas.
Storytelling realista: casos de empresarios y profesionales
Recuerdo a María Fernanda, una contadora independiente que asesoraba a pymes exportadoras en Medellín. Ella había invertido en certificarse con el AMV, pero cuando uno de sus clientes quiso emitir deuda en Chile, tuvo que contratar una firma externa porque ella no estaba autorizada allí. “Me sentí invisible”, me confesó. Con este nuevo esquema, profesionales como ella no tendrán que repetir exámenes costosos ni depender de terceros: podrán acompañar a sus clientes en todo el proceso, dentro y fuera del país.
También pienso en Andrés, gerente de una pequeña empresa de software financiero en Bogotá, que buscaba inversionistas chilenos. Durante la negociación, un banco exigió asesores locales certificados por la CMF. La falta de homologación obligó a retrasar la ronda de inversión seis meses. ¿El costo? Pérdida de liquidez y de competitividad frente a competidores peruanos que sí tenían acuerdos similares en el marco del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA).
Ahora, con esta integración normativa, ese tiempo se reducirá, y los emprendedores podrán enfocarse en lo que realmente importa: generar valor, crear empleos y expandirse regionalmente.
El impacto para Colombia y las pymes
Aunque la noticia parece lejana para quienes no están en el mercado de valores, lo cierto es que afecta directamente a las pymes. Muchas empresas medianas buscan financiamiento alternativo a través de emisiones privadas, fondos de inversión o estructuración de deuda. Tener asesores homologados que puedan abrir puertas en Chile significa mayor acceso a capital y, por ende, mayor crecimiento.
La homologación también aporta a la formalización. En Colombia, todavía hay profesionales que operan en la informalidad, sin certificaciones ni controles claros. Este acuerdo presiona positivamente al mercado para que más asesores se certifiquen, no solo por obligación, sino por la oportunidad de acceder a un mercado ampliado.
“La contabilidad no es solo números, es la base para decisiones sólidas y sostenibles.” Este principio cobra vida cuando entendemos que una certificación homologada no es un papel, sino un sello de confianza que respalda las decisiones financieras de miles de empresas.
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Cómo Mi Contabilidad puede acompañar este proceso
En Mi Contabilidad hemos visto de cerca cómo los cambios normativos generan incertidumbre. Cuando la DIAN implementó la factura electrónica, muchos empresarios pensaron que sería un obstáculo. Hoy, quienes se adaptaron a tiempo disfrutan de procesos más transparentes y organizados. Lo mismo ocurrirá con la homologación de certificaciones: quienes se preparen primero serán quienes más aprovechen la integración regional.
Nuestro acompañamiento se centra en tres fases:
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Análisis inicial: revisamos la situación de la empresa, identificando si sus asesores o aliados están certificados y qué impacto tiene la homologación en sus operaciones actuales o planes de expansión.
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Definición estratégica: diseñamos un plan para aprovechar las nuevas oportunidades de financiamiento, siempre alineado con la normativa vigente y los estándares internacionales.
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Implementación y acompañamiento: apoyamos en la documentación, reportes y cumplimiento tributario, garantizando que las operaciones transfronterizas estén blindadas frente a riesgos de sanción.
“Construyendo un mundo nuevo; trabajando inteligente para el ingreso de nuestros clientes a la nueva era contable y tributaria.” Esa es nuestra filosofía, y esta integración es un ejemplo perfecto de cómo la contabilidad, bien gestionada, se convierte en palanca de crecimiento.
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Oferta sin riesgo
Si estás evaluando oportunidades de inversión o expansión en Chile, te ofrecemos una primera consulta gratuita para diagnosticar tu situación. Y si ya tienes un proyecto en marcha, realizamos una revisión exprés de cumplimiento financiero y tributario, para que avances con seguridad.
“Si hoy solucionas este problema con nosotros, seguiremos acompañándote para que no vuelva a ocurrir.”
