En un proceso de auditoría el encargado debe dejar evidencia de todos los análisis realizados en unos documentos denominados papeles de trabajo, de acuerdo con la Norma Internacional de Auditoría 230 –NIA 230–. Estos archivos deben estar organizados y conectados entre sí para una completa comprensión.
La auditoría es un proceso realizado por los contadores públicos para verificar la contabilidad de una entidad y si esta cumple con los Estándares Internacionales.
En esta labor existen diferentes tipos de encargos, uno de ellos corresponde a los estados financieros. Esta auditoría financiera tiene como objetivo principal examinar y evaluar los informes financieros para establecer la razonabilidad y el resultado de las operaciones de la entidad. Al realizarse una auditoría financiera se da confianza a los socios y a las partes interesadas sobre la situación de la entidad.
Los contadores públicos deben realizar este proceso según los parámetros de los Estándares Internacionales –Normas Internacionales de Auditoría–. Por ejemplo, en los encargos de auditoría el encargado debe dejar evidencia de todo el trabajo realizado en los llamados papeles de trabajo, de acuerdo con la Norma Internacional de Auditoría 230 –NIA 230–. Esto corresponde a la documentación de auditoría, que contiene información acerca de los procedimientos que se aplicaron en el proceso, la evidencia relevante obtenida y las conclusiones del auditor.
Estos papeles de trabajo están conformados por la cédula sumaria, que contiene los saldos y cifras de forma global, y las cédulas analíticas, donde se encuentra el desglose con información detallada de cada una de las cuentas de la cédula sumaria. Por esta razón, esta documentación debe estar organizada y conectada entre sí para un completo entendimiento por parte del equipo de trabajo y los miembros de la entidad evaluada.