En su actualización del panorama económico mundial del 22 de enero, el Fondo Monetario Internacional aumentó su expectativa de crecimiento mundial para 2018 de 3,7% y 3,9%, por lo que en la columna de hoy revisaré qué implica este cambio.
El Fondo Monetario Internacional o FMI, es un organismo multilateral creado en el marco de la conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Bretton Woods, New Hampshire (Estados Unidos), donde, en ese momento, 44 países acordaron establecer nuevas formas de cooperación económica buscando fomentar la estabilidad del sistema monetario internacional. Es importante notar que en este periodo histórico estaba fresca en la memoria la gran depresión de 1929 y estaba por terminar la segunda guerra mundial, dejando las principales potencias europeas básicamente destrozadas y es por eso que se le dio toda la importancia a fomentar la estabilidad del sistema monetario.
Para poder cumplir con sus objetivos el FMI cuenta con un equipo dedicado no solo a revisar las principales variables, sino a proyectarlas para proveer una mayor información. Una de las cosas más interesantes que sucede con estas proyecciones es que no son estáticas, sino que se van ajustando a medida que la información se actualiza, por ejemplo, con la aprobación de la reforma tributaria de Donald Trump en Estados Unidos. Ante este hecho y la actualización de proyecciones mundiales y de Colombia llevadas a cabo por el Fondo en enero quiero dedicar esta columna a revisar esta información.
El mundo en 2018
Creo que lo primero y más importante del reporte es que el FMI para enero fue el ajuste al alza del crecimiento mundial de 3,7% a 3,9% para el 2018, el cual fue impulsado por crecimientos que superaron las expectativas durante el tercer trimestre de 2017 en economías claves.
Si vemos la gráfica 1, que muestra el crecimiento mundial proyectado y el de 4 grupos diferentes de países, el impulso importante para este año vendrá de Latinoamérica y el caribe, en especial Brasil cuya proyección fue ajustada de 1,49% a 1,90%. Adicionalmente el FMI considera que habrá un impacto positivo derivado de la aprobación del plan de impuestos de Trump, no solo para Estados Unidos sino con aumentos en la demanda para Canadá Y México sus más cercanos socios comerciales.
De acuerdo a lo anterior, el crecimiento para Estados Unidos fue revisado al alza desde 2,3% a 2,7% para 2018 y de 1,9% a 2,5% en 2019.
Claro está que la gran debilidad en estas proyecciones es que están muy concentradas en el efecto de la reforma tributaria, así que, en caso de no darse, podríamos estar enfrentándonos a un recorte y un cambio en las expectativas.
El otro factor a tener en cuenta es el cambio en las relaciones comerciales entre la Unión Europea e Inglaterra a raíz del BREXIT y la renegociación del NAFTA, lo cual podría impactar las expectativas de crecimiento en esas regiones y en el mundo.
¿Cómo ve el FMI a Colombia?
En términos de las expectativas del FMI para Colombia, la gráfica 2 muestra las expectativas no solo del crecimiento económico sino un tema que ha viene cobrando importancia con el cierre del año, el déficit fiscal. Vale la pena aclarar que para efecto de este gráfico tome la variable General government net lending/borrowing como déficit fiscal, que es calculada por el Fondo como la diferencia entre ingresos y gastos totales del gobierno.
Una de Las razones por las que me parece interesante traer la comparación de estas dos series tiene que ver con la regla fiscal que de acuerdo al acta 9 del 24 de marzo de 2017 del Comité Consultivo estableció límites máximos para el 2017 y 2018 son de 3,3% y 2,7% respectivamente. Y de acuerdo a las cifras publicadas por el FMI, el 2017 se cerrará muy cerca, mientras el 2.8% el ente proyecta que está por encima.
La buena noticia parece estar en el crecimiento económico ya que si bien para 2017 el FMI redujo su expectativa en octubre pasado y ahora espera un cierre de 1,7%, en 2018 la revisión fue al alza pasando de 2,8% a 3,0%. De acuerdo al Fondo esta mejora está impulsada por el aumento en los precios del petróleo y un fortalecimiento de la demanda interna originado por aumentos en la confianza del consumidor.
Sin embargo, este optimismo hay abordarlo de forma contralada ya que existen dos riesgos importantes a la hora de mantener este nivel de crecimiento en las proyecciones. El primero, las elecciones de este año, ya que el programa económico del ganador puede modificar los supuestos de base y con eso llevar a un reajuste. Por su parte, el segundo que los precios del petróleo no sufran un retroceso ya que Colombia de nuevo está expuesto a variables completamente fuera de su control, como la producción de Shale Oil en Estados Unidos.
El efecto de la incertidumbre política no solo se vive en Colombia sino también en México y especialmente en Brasil, ya que la condena de Lula da Silva ratificada la semana anterior lo deja fuera de la carrera electoral. Así que no solo dependemos de quien gane localmente y como lo perciben los mercados, sino de que tan estable o inestable quede la región al finalizar este 2018, para ver si terminamos ganado o perdiendo en la comparación con el resto de Latinoamérica.