Enero solamente era un mes de prueba, es cierto. Pero en febrero ya empieza, de verdad, el año nuevo. Así que, ¿qué tal si se pone juicioso y cumple este reto?
Diciembre siempre suele ser uno de los meses en los que las personas más gastan y, de cierta forma, esto es normal: las festividades, los regalos, la temporada vacacional; es un mes en el que las personas se permiten muchos “descuadres” de dinero y las bonificaciones o primas de servicios que reciben las personas, hacen que sea mucho más fácil gastar dinero.
Luego, al llegar enero es cuando se viene el “guayabo”. Hay una serie de deudas para pagar, todos los precios de todas las cosas que usted suele consumir suben y nada que hablar de las noticias que empiezan a llegar sobre la situación de la economía, que no está tan buena como se pensaba y que parece que habrá más impuestos, de los que ya tiene que mirar cómo va a hacer para pagar.
Y eso, sabiendo que el salario mínimo subió poco y que, para muchos otros empleados, ni siquiera subió en la misma proporción, hace que todo se complique. Por eso, es que se dice, financieramente, que febrero es realmente el primer mes de un año nuevo, al ser aquel en el que realmente se va a enfrentar a las nuevas condiciones y a empezar a poner “la casa en orden”.
Ahora, para este mes, la cosa se la ponemos sencilla: la recomendación es que se rete a no gastar ni un peso durante todo un día. Bueno, obviamente, excluyamos las cosas básicas como alimentación y transporte. Pero de ahí, no más. Eso es todo.
¿Cómo funciona?
La ventaja es que febrero tiene 29 días, así que el reto será procurar tener la mayor cantidad de días en los que diga: no gasté nada de nada. Es un mes corto, así que el reto puede resultar sencillo y relativamente fácil. Además, como dice Lbee and the Money Free, todas las condiciones se prestan para que usted realmente pueda ponerse a prueba, sin complicaciones: el clima, el primero aumento del año, aún queda tiempo para pagar los impuestos y puede que ya esté saliendo de las deudas de diciembre.
Ahora, lo ideal es que los 29 días se proponga no gastar nada, pero si es consciente de su estilo de vida y de las situaciones que se le pueden llegar a presentar, sencillamente plantéese un reto personal: escoja 10, 15 o 20, y señálelos en su calendario, que debe tener visible a penas se levante cada mañana.
Eso sí, la preparación previa para poder realizar esto es tener un presupuesto, nada que hacer, si no, ¿cómo va a saber cuánto tiene que llevar estrictamente para su “subsistencia” diaria? Incluso, no se complique la vida y haga este cálculo rápido:
Alimentación: Empiece por las onces. Por lo general (y por salud), es mejor comer entre comidas, así que considere fruta, algún pastel particular, pero nunca comida chatarra. Y algo que pueda comprar en la tienda de la esquina, más no en las máquinas de la oficina. Digamos que tendría un presupuesto de $5.000 (para mañana y tarde).
Ahora, para el almuerzo, considere un plato promedio, del típico colombiano conocido como “ACPM” (arroz, carne, papa y maduro”. No piense en un restaurante lujoso. Así, considerando esto,¿Hay opción de cocinar para ese día? ¿O llevar recalentado? Establezca un presupuesto de $10.000 máximo.
Transporte: en este aspecto no hay ningún secreto. Si usted coge dos buses, para ir y regresar del trabajo, haga ese cálculo, no vaya más allá de eso. Transmilenio: $4.000. Bus: $3.100. Y bueno, dependiendo de cada ciudad, haga el cálculo. No piense nada de dinero para taxis.
No es más. Con esto, tendría que llevar en su bolsillo única y exclusivamente un promedio de $20.000. Que tendrán que durarle todo el día. Desde que sale hasta que llegue a la casa. Claro que esto puede variar dependiendo de su profesión, pero este es un simple ejemplo de la situación. ¿Y si le sobra? ¡Mucho mejor!
Ahora, a esto se le suma que tendrá que dejar tarjetas débito y crédito en su hogar, que no podrá pedir dinero prestado y que por más ansias o necesidad que tenga de adquirir algo, sencillamente no tendrá los medios para lograrlo.
¿Cuál es la “gracia”?
Básica: si usted tiene deudas pendientes por pagar, si tiene el objetivo de empezar a construir un ahorro o si sencillamente necesita recortar gastos, esta es la mejor manera en la que puede empezar. Así, muy probablemente al final del mes tendrá una cierta cantidad de dinero que podrá destinar como abono a capital para sus deudas o que vaya directamente a su marranito de ahorros. No es más.
Eso sí, sea consciente de la situación. Esto no funciona si usted no hace trampa (y al único que le estaría mintiendo es a usted mismo) y requerirá de autodisciplina y de que nadie le esté recordando lo que tiene que hacer.