Las fuertes presiones que continúan gravitando sobre la inflación, hoy en 6,1 por ciento, y que cada vez tienen las expectativas del mercado más alejadas de la meta de 3 por ciento prevista por el Banco de la República, hacen prever que, en enero, el Emisor hará un nuevo ajuste de 0,25 puntos porcentuales, a 6 por ciento en su tasa de intervención en enero.
Es lo que ven los analistas luego de decidir la junta de la entidad en su última sesión del 2015, por mayoría, elevar su tasa otros 0,25 puntos, ubicándola en 5,75 por ciento para el cierre del año.
La preocupación del Emisor por el curso de la economía colombiana la resumió su gerente, José Darío Uribe, quien al término de la reunión señaló que existen “incrementos mayores que los esperados en los precios de los alimentos y aumentos adicionales de la tasa de cambio, relacionados en buena parte con la caída del precio del petróleo, (que) ejercen nuevas presiones sobre la inflación. Al mismo tiempo, las expectativas de inflación se mantienen altas y el riesgo de una desaceleración de la demanda interna, más allá de lo coherente con la caída registrada del ingreso nacional, se ha moderado”.
Pero la junta tuvo en cuenta en su análisis, en esta oportunidad, el reciente incremento de 0,25 puntos en la tasa del banco central de Estados Unidos (FED) y las alzas (tres) que hará el próximo año.
Las señales dadas por la junta del Banco de la República, en opinión de los analistas, llevan el mensaje implícito de que el actual ciclo de ajuste al alza de su tasa de intervención no ha llegado a su fin.
En el Banco de Bogotá, sus economistas sostienen que la preferencia de la mayoría de codirectores por hacer varios aumentos moderados (25 puntos básicos), sumada a la posición de un ala disidente de efectuar alzas más drásticas (50 puntos), “garantizan que en la primera reunión de 2016 probablemente se presentará un nuevo aumento de tasa de interés. Incrementos subsiguientes dependerán de la reacción de las expectativas de inflación y el comportamiento de la economía, que para esa época podría estar mostrando una dinámica menor”, señalan.
En Bancolombia, por su parte, dicen que una vez la tasa de intervención del Banco de la República alcance ese 6 por ciento en enero próximo, habrá que esperar cómo termina evolucionando el costo de vida en el país.
Agregan, no obstante, que esto “dependerá de factores como el incremento del salario mínimo, que se definirá en los próximos días; la dinámica de la actividad real en el cierre del año y la eventual intensificación de los efectos del fenómeno del Niño”.
De seguir incrementándose los precios debido a esas razones, al punto de que alcance a rozar el 7 por ciento, los economistas de Bancolombia creen que no habrá dudas de que las expectativas inflacionarias podrían deteriorarse aún más, lo cual podría llevar a que el ciclo de incrementos de tasas supere el 6 por ciento el año próximo.
Para los analistas de Credicorp Capital, que las expectativas de inflación del mercado estén en 3,8 por ciento sugiere que o bien se espera que los factores que presionan al alza la inflación de manera significativa tengan efectos más permanentes que temporales, o que el Emisor habría perdido algo de su credibilidad. Sostienen que, de cualquier forma, las presiones hoy sobre la inflación son bastante fuertes.