Dar empleo a los más de 40 millones de personas que se incorporan al mercado laboral cada año será el reto más grande de las economías en los próximos años.
El empleo en el mundo está en plena transformación y las nuevas tendencias marcarán el camino de los futuros trabajadores.
Hoy en día el mundo laboral atraviesa un momento de lento crecimiento económico que se traduce en que no está generando el número suficiente de puestos de trabajo.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su más reciente informe titulado “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: el empleo en plena mutación”, el desempleo mundial se elevó a 201 millones de personas en 2014, dato que superó en 30 millones al registrado en 2008 en los comienzos de la crisis mundial.
Desde el 2011 el empleo se ha detenido en una tasa de crecimiento mundial del 1,4%. En las economías desarrolladas el crecimiento tuvo su mayor variación, pasando de 0,9% en promedio entre 200… y 2007 a 0,1% desde 2008.
Definitivamente, dar empleo a los más de 40 millones de personas que se incorporan al mercado laboral cada año será el reto más grande de las economías en los próximos años.
Los cambios del mercado laboral
El modelo tradicional donde los trabajadores perciben un sueldo en una relación de empleo dependiente a sus empleadores, es decir, tener un trabajo estable y trabajar a tiempo completo cada vez es menor en el mundo. Ahora, la participación de la informalidad, contratos de corta duración y horarios de trabajo irregulares están avanzando en el mercado laboral actual.
Hoy en día, como explica el informe, el empleo asalariado representa cerca del 50% del empleo mundial, proporción que incluso puede bajar hasta el 20% en regiones como África Subsahariana y Asia meridional.
La tendencia en las economías avanzadas es una disminución en el trabajo asalariado dando lugar al empleo por cuenta propia. En las economías emergentes la tendencia es similar, exceptuando el avance de la informalidad.
También, menos del 45% de los trabajadores asalariados tienen un empleo a tiempo completo y permanente, esto se traduce en que en el mundo cerca de 6 de cada 10 trabajadores asalariados están empleados a tiempo parcial o temporalmente.
Las diferencias de los mercados laborales entre países son muy marcadas. Mientras que en los países de ingreso alto el empleo a tiempo completo predomina, la informalidad se vuelve endémica conforme el ingreso se reduce.
Desigualdad en alza
Este fenómeno de transformación del empleo tiene ciertas repercusiones sociales y económicas. El rezago en los salarios como consecuencia de que la productividad aumente más rápido que su remuneración lo que significa que cada vez hay una mayor oferta de productos pero menos poder de compra por parte de las personas.
Solo en 2014, la reducción de ingresos por salario equivalió al 1,2% de la producción mundial y al 2% del consumo global. Este efecto también se aplica para la inversión y el ingreso fiscal, resalta el informe.
El efecto secundario de la transformación de los mercados laborales es la desigualdad. Si cada vez una mayor cantidad de personas accede al empleo por cuenta propia o la informalidad, cuyos ingresos son menores a los asalariados formales, la brecha de inequidad continuará avanzando.
Las mujeres y las personas cercanas a la línea de pobreza son los más afectados por este tipo de cambios. Alrededor del 73% del déficit mundial de empleos en 2014 se debió a una disminución del empleo en las mujeres quienes constituyen el 40% de la fuerza laboral mundial.
La importancia de las cadenas internacionales
Una estimación basada en 40 países estudiados muestra que más de 1 de cada 5 empleos en el mundo está vinculado a las cadenas de aprovisionamiento mundial, es decir, empleos que contribuyen a la producción de bienes y servicios que son consumidos o terminados de procesar en otros países.
Si bien es cierto que las iniciativas de responsabilidad social de las empresas se están multiplicando, todavía son necesarias medidas más efectivas. Las políticas activas del mercado de trabajo inclusive en temas como la capacitación profesional, la formación y la educación, son necesarias para asegurar que las pérdidas de empleo ocasionadas por los avances tecnológicos y la globalización de las cadenas de suministro sean compensadas con otras oportunidades de empleo.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su más reciente informe titulado “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: el empleo en plena mutación”, el desempleo mundial se elevó a 201 millones de personas en 2014, dato que superó en 30 millones al registrado en 2008 en los comienzos de la crisis mundial.
Desde el 2011 el empleo se ha detenido en una tasa de crecimiento mundial del 1,4%. En las economías desarrolladas el crecimiento tuvo su mayor variación, pasando de 0,9% en promedio entre 200… y 2007 a 0,1% desde 2008.
Definitivamente, dar empleo a los más de 40 millones de personas que se incorporan al mercado laboral cada año será el reto más grande de las economías en los próximos años.
Los cambios del mercado laboral
El modelo tradicional donde los trabajadores perciben un sueldo en una relación de empleo dependiente a sus empleadores, es decir, tener un trabajo estable y trabajar a tiempo completo cada vez es menor en el mundo. Ahora, la participación de la informalidad, contratos de corta duración y horarios de trabajo irregulares están avanzando en el mercado laboral actual.
Hoy en día, como explica el informe, el empleo asalariado representa cerca del 50% del empleo mundial, proporción que incluso puede bajar hasta el 20% en regiones como África Subsahariana y Asia meridional.
La tendencia en las economías avanzadas es una disminución en el trabajo asalariado dando lugar al empleo por cuenta propia. En las economías emergentes la tendencia es similar, exceptuando el avance de la informalidad.
También, menos del 45% de los trabajadores asalariados tienen un empleo a tiempo completo y permanente, esto se traduce en que en el mundo cerca de 6 de cada 10 trabajadores asalariados están empleados a tiempo parcial o temporalmente.
Fuente OIT
Las diferencias de los mercados laborales entre países son muy marcadas. Mientras que en los países de ingreso alto el empleo a tiempo completo predomina, la informalidad se vuelve endémica conforme el ingreso se reduce.
Desigualdad en alza
Este fenómeno de transformación del empleo tiene ciertas repercusiones sociales y económicas. El rezago en los salarios como consecuencia de que la productividad aumente más rápido que su remuneración lo que significa que cada vez hay una mayor oferta de productos pero menos poder de compra por parte de las personas.
Solo en 2014, la reducción de ingresos por salario equivalió al 1,2% de la producción mundial y al 2% del consumo global. Este efecto también se aplica para la inversión y el ingreso fiscal, resalta el informe.
El efecto secundario de la transformación de los mercados laborales es la desigualdad. Si cada vez una mayor cantidad de personas accede al empleo por cuenta propia o la informalidad, cuyos ingresos son menores a los asalariados formales, la brecha de inequidad continuará avanzando.
Las mujeres y las personas cercanas a la línea de pobreza son los más afectados por este tipo de cambios. Alrededor del 73% del déficit mundial de empleos en 2014 se debió a una disminución del empleo en las mujeres quienes constituyen el 40% de la fuerza laboral mundial.
La importancia de las cadenas internacionales
Una estimación basada en 40 países estudiados muestra que más de 1 de cada 5 empleos en el mundo está vinculado a las cadenas de aprovisionamiento mundial, es decir, empleos que contribuyen a la producción de bienes y servicios que son consumidos o terminados de procesar en otros países.
Si bien es cierto que las iniciativas de responsabilidad social de las empresas se están multiplicando, todavía son necesarias medidas más efectivas. Las políticas activas del mercado de trabajo inclusive en temas como la capacitación profesional, la formación y la educación, son necesarias para asegurar que las pérdidas de empleo ocasionadas por los avances tecnológicos y la globalización de las cadenas de suministro sean compensadas con otras oportunidades de empleo.