Una mala reputación es un mal negocio



Richard Branson

¿Cómo puedo ganarme la confianza de los inversionistas, futuros socios y proveedores? pregunta Catalina Ly, lectora de la revista Entrepreneur.



Respuesta: eso es parte de una pregunta más grande: ¿Cuál es su posesión más valiosa? Cuando la gente me pregunta eso, a menudo esperan que yo mencione algún artefacto costoso. Sin embargo, mi posesión más valiosa es también mi posesión más valorada.

Se trata de algo que no cuesta nada, y todos la tienen: mi reputación. “¡No me importa nada mi mala reputación!”, cantaba Joan Jett en su clásico éxito. Es una gran canción, pero no estoy de acuerdo.

Para los emprendedores, una mala reputación personal se extenderá a la reputación de su marca también. Si usted hace cualquier cosa que perjudique a su reputación o la de su empresa, podría destruir su negocio.

Cuando hace una promesa a sus clientes, tiene que cumplirla. Mientras que una buena reputación le precede, una mala reputación le seguirá por mucho tiempo; toma años construir una relación fuerte con las personas y solo segundos perderla. Aquellos en su industria, desde potenciales inversionistas hasta proveedores y probables clientes, tomarán nota.

Cuando iniciamos nuestra marca, el nombre Virgin fue percibido como tan subido de tono que no se nos permitió registrarlo en la Oficina Británica de Patentes durante tres años, porque los funcionarios ahí pensaban que era irrespetuoso.

Mi reputación personal de destacar entre la multitud de los hombres de negocios comunes y aburridos también ayudó.

Como un emprendedor joven y de cabello largo en los años 70, recibí algunas miradas divertidas cuando entraba descalzo al banco. Pero después de unos años, si repentinamente me aparecía en el banco usando traje y corbata, ¡sabían que algo estaba pasando!

Pronto, nuestra transición del rock punk a la aviación – de Virgin Music a Virgin Atlantic – subrayó nuestra reputación como corredores de riesgos e innovadores, lo que nos dio una ventaja competitiva sobre otras compañías.

Esto fue útil: Virgin llegó a ser conocida como la marca que podía entrar en sectores con reputaciones inquietantes, y sacudirlos aplicando nuestros valores.

Al comprar el primer avión, los viajes aéreos eran considerados muy costosos, extremadamente frustrantes y horriblemente aburridos; más recientemente, el sector bancario ha sido responsabilizado en parte por la reciente crisis financiera y la recesión mundial, así que usamos nuestra reputación para infundir algo de confianza y, como dice el lema de Virgin Money, “hacer que todos mejoren”, cuando ampliamos la compañía de tarjetas de crédito a la banca.

El mundo se está volviendo cada vez más pequeño, y, por ello, mantener la reputación de su marca es más importante que nunca. En estos días, nuestra marca es digna de confianza en todo el mundo, de manera que si establecemos una empresa en un nuevo país, el avance es más rápido que cuando teníamos que ganarnos a los clientes con cada transacción.

Pero la mejoría en las comunicaciones significa que cualquier historia negativa sobre una compañía Virgin, en cualquier parte, puede volverse un acontecimiento mundial con el clic de un ratón.

Como emprendedor, usted necesita vigilar de cerca todo lo que se dice sobre su negocio en los canales de medios sociales y en línea; Twitter, Facebook y todos sus competidores. <TB><TB><TB>Esto no significa microadministrar y ser una sombra de sus empleados, o intentar impedir que los clientes expresen opiniones sobre su marca.

Mejor, para forjar la reputación de su empresa en línea, necesita contratar a personas en las que pueda confiar no solo porque sean excelentes en sus labores cotidianas, sino para que sean los rostros públicos de su negocio. Después de todo, una marca es tan fuerte como su gente.

Todos cometemos errores. Si usted o alguien en su compañía se equivoca, es importante admitirlo y seguir adelante, haciéndolo público y, al mismo tiempo, tratar de remediar el error y tomar correctivos.


FORTALECER LA IDENTIDAD EMPRESARIAL

En términos de su conducta personal, algunos emprendedores que estén lanzando sus incipientes empresas quizá traten de imitar el estereotipo del hombre de negocios duro y agresivo que siempre logra su objetivo. No creo que esto conduzca a un éxito duradero. Se necesita tratar a las personas como uno desea ser tratado para ganarse el respeto.

Si usted desarrolla una cultura empresarial basada en la comprensión y el respeto mutuos, es más probable que sus empleados disfruten de sus empleos y se conviertan en embajadores de su marca y reputación.

Asimismo, los clientes depositarán su confianza en su compañía y comprarán más de sus productos; los inversionistas y potenciales socios considerarán sus propuestas en serio, y los vendedores querrán hacer negocios con su empresa. La clave está en tener una idea y desarrollarla con integridad.

Mi Contabilidadcom

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