La reciente citación a más de 22 mil morosos por parte de la DIAN y la Fiscalía marca un precedente contundente para miles de empresarios, gerentes e independientes que aún subestiman las consecuencias penales derivadas de obligaciones tributarias incumplidas. Este panorama revela una urgencia creciente: la evasión y la omisión ya no se consideran simples faltas administrativas, sino escenarios con repercusiones serias sobre el patrimonio, la reputación y la continuidad empresarial. En este blog te explico, con claridad y ejemplos prácticos, cómo funciona el proceso penal por omisión del agente retenedor o autoretenedor, por qué la DIAN intensifica estas acciones y qué puede hacer una empresa para evitar riesgos innecesarios. Analizamos causas, impactos y rutas de solución que ya implementamos con nuestros clientes para regularizar obligaciones, prevenir sanciones y asegurar un cumplimiento sostenible.
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En las últimas semanas hemos visto cómo la DIAN, en articulación con la Fiscalía General de la Nación, citó a más de 22 mil contribuyentes morosos para acelerar el cierre de procesos penales relacionados con omisiones en la presentación y pago de retenciones y autorretenciones. Este tipo de medidas demuestra que la entidad no solo está aumentando su capacidad tecnológica, sino también su capacidad coercitiva para asegurar el cumplimiento tributario. Muchos empresarios creen que la omisión de una declaración es un simple trámite pendiente, cuando en realidad puede convertirse en un riesgo penal directo. En Mi Contabilidad acompañamos diariamente a quienes enfrentan este tipo de situaciones, recordando siempre que la contabilidad no es solo números, es la base para decisiones sólidas y sostenibles.
La citación masiva de más de 22 mil morosos por parte de la DIAN y la Fiscalía no es un evento aislado ni una acción improvisada. Por el contrario, es el resultado de un trabajo de fiscalización que se ha convertido en política pública prioritaria en materia tributaria. Desde hace varios años, la entidad ha fortalecido su infraestructura tecnológica, ha integrado sistemas de información financiera, ha cruzado bases de datos con terceros y ha desarrollado mecanismos de trazabilidad que permiten identificar, con precisión, quién declaró, quién pagó, quién omitió y quién ocultó información. Sin embargo, el anuncio reciente marca un cambio de escala: por primera vez, se hace un llamado simultáneo a miles de contribuyentes para comparecer y resolver situaciones de posible relevancia penal.
Quienes conocen la normativa tributaria vigente entienden que la omisión de presentar declaraciones de retención en la fuente, autorretenciones y demás obligaciones de recaudo no es un simple descuido. La ley colombiana establece que cuando un agente retenedor recibe dinero que pertenece al Estado y no lo consigna, se configura un posible delito. Es decir, aunque la empresa haya utilizado los recursos para pagar nómina, proveedores o gastos urgentes, el tratamiento legal es claro: la retención es un dinero ajeno, y su omisión puede llevar a consecuencias graves que incluyen multas, embargos y procesos penales.
La DIAN, durante los últimos meses, ha reiterado que enfocará sus esfuerzos en combatir la evasión tributaria, especialmente aquella asociada al no pago de retenciones. Por eso no sorprende este llamado masivo. Lo que sí sorprende es que muchos empresarios aún desconocen la gravedad jurídica del incumplimiento. En nuestra experiencia, el problema no siempre nace de la mala fe. Muchas veces se trata de errores contables, falta de seguimiento, ausencia de conciliaciones oportunas o la falsa creencia de que una declaración sin pago no es tan grave. La realidad es otra, y la DIAN lo ha dejado claro.
A esto se suma que la Fiscalía ha intensificado la judicialización de los casos más complejos. En el comunicado que ha circulado en medios, la DIAN explica que el objetivo es agilizar la solución de procesos penales que llevan tiempo sin resolverse. Esto implica que, además de la sanción pecuniaria, los contribuyentes enfrentan una investigación que puede afectar su reputación, su tranquilidad y la capacidad de operar con normalidad. Para un empresario, ser parte de un proceso penal tributario no solo afecta su vida personal, sino también la confianza de sus clientes, socios financieros y proveedores.
En un contexto global, Colombia sigue la tendencia mundial de endurecer controles tributarios. Países como España, Chile, México y Estados Unidos han sofisticado sus sistemas de seguimiento y han endurecido las sanciones por evasión. En España, por ejemplo, la omisión reiterada de impuestos retenidos puede implicar penas de cárcel. En Chile, la retención indebida es un delito que se investiga activamente y puede impedir la participación en contratos estatales. En México, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha sido implacable en cobrar mediante embargos, bloqueos de cuentas y procesos judiciales. Este comparativo demuestra que Colombia no está actuando sola, sino alineada con estándares internacionales.
Sin embargo, muchos empresarios colombianos aún encuentran compleja la normativa. Y tienen razón. La legislación tributaria es extensa, cambiante y, a veces, difícil de interpretar. Por eso en Mi Contabilidad trabajamos con una metodología preventiva que combina análisis normativo, auditoría interna, conciliaciones tributarias, revisión pre-declarativa y acompañamiento estratégico. La idea no es solo presentar declaraciones, sino comprender la trayectoria de cada transacción, su efecto fiscal y su impacto en la responsabilidad del contribuyente.
Cuando un cliente nos llega con un requerimiento de la DIAN o una citación penal, lo primero que hacemos es realizar un diagnóstico profundo. Revisamos las declaraciones omitidas o presentadas sin pago, analizamos los cruces de información, verificamos la trazabilidad de la retención, evaluamos la capacidad de recuperación financiera y estructuramos un plan de regularización que alivie la carga económica y reduzca riesgos penales. Este plan normalmente incluye acuerdos de pago, conciliaciones, normalización de obligaciones y presentación de declaraciones extemporáneas con soporte técnico.
Es aquí donde entra el acompañamiento de Julio César Moreno Duque, cuyo enfoque tecnológico logra integrar la contabilidad con herramientas de automatización, inteligencia de procesos y tableros BI que permiten visualizar riesgos antes de que escalen. Muchas empresas descubren tarde que sus reportes internos no coincidían con lo presentado a la DIAN; cuando llegan a nosotros, implementamos sistemas que unifican la información, detectan inconsistencias y generan alertas tempranas. La transformación digital no es un lujo, es una necesidad para garantizar que las obligaciones tributarias se cumplan sin fallas.
Un caso típico que hemos atendido recientemente involucra a una empresa mediana que había retenido valores a sus empleados pero, debido a una reorganización interna, no realizó las consignaciones correspondientes. Durante meses pensó que podía corregir después. Cuando recibió la notificación de la DIAN, estaba enfrentando un posible proceso penal. Nuestro equipo analizó la situación, elaboró un plan de pago gradual, realizó la presentación extemporánea de declaraciones y acompañó a la empresa ante la Fiscalía. Gracias a una estrategia bien diseñada, evitó una sanción mayor y pudo regularizarse sin comprometer su operación.
Otro caso recurrente es el del empresario independiente que tiene dificultades de flujo de caja y prioriza gastos urgentes, olvidando que la retención es una obligación especial. Al no presentar y pagar a tiempo, se expone a investigaciones que, además del riesgo penal, generan presión emocional y desgaste administrativo. Cuando llega a nosotros, se sorprende al descubrir cuántas herramientas legales existen para regularizar la situación sin perder la estabilidad financiera.
Por eso insisto tanto en que un proceso penal por obligaciones tributarias no se debe enfrentar solo. La normativa colombiana admite mecanismos para reducir sanciones, acuerdos de pago y alternativas que permiten solucionar antes de que el caso escale. La clave está en actuar rápido, no esperar la citación y no minimizar la gravedad del incumplimiento.
En este contexto, quiero hacer una microllamada a la acción: si tu empresa tiene declaraciones pendientes, valores retenidos sin pagar o dudas sobre tus responsabilidades, no esperes a que llegue un requerimiento. Podemos ayudarte hoy mismo a revisar, diagnosticar y corregir.
Y aquí incluyo nuestra primera oferta sin riesgo: en Mi Contabilidad realizamos una revisión inicial sin costo para evaluar tu situación real frente a la DIAN y determinar si existe riesgo sancionatorio o penal. Este diagnóstico preliminar es la base para tomar decisiones informadas sin incurrir en gastos innecesarios.
Otra microllamada a la acción importante: si recibiste una citación reciente, no enfrentes el proceso sin soporte técnico. La interpretación tributaria requiere claridad, evidencia documental y un manejo adecuado de tiempos y procedimientos.
Y nuestra segunda oferta sin riesgo: si ya tienes una notificación oficial, nuestro equipo legal y contable realiza la primera orientación jurídica sin costo para acompañarte en el trámite.
A lo largo del blog he mencionado un concepto clave: la importancia de la información financiera correcta. Aquí retomo nuestra frase institucional que resume nuestro propósito: Construyendo un mundo nuevo; trabajando inteligente para el ingreso de nuestros clientes a la nueva era contable y tributaria. En un país donde la legislación cambia constantemente, donde la tecnología avanza y donde los entes de control son cada vez más rigurosos, la única manera de mantenerse seguro es anticiparse. No basta con cumplir, hay que entender. No basta con declarar, hay que conciliar. No basta con calcular, hay que interpretar.
Por eso, además del acompañamiento en procesos de fiscalización, ayudamos a nuestros clientes a implementar herramientas que mejoran sus controles internos. Automatizamos sus procesos contables, sincronizamos bancos, diseñamos flujos de aprobación digital y parametrizamos comprobantes para evitar errores humanos. Cuando la contabilidad se integra con la tecnología, los riesgos disminuyen drásticamente. Ese es el aporte de Julio César Moreno Duque, quien convierte lo técnico en estratégico, lo complejo en comprensible y lo operativo en previsible.
A quienes enfrentan hoy una citación penal de la DIAN, les digo con claridad y serenidad que sí es posible solucionarlo. La ley autoriza mecanismos de corrección, acuerdos y conciliaciones. La DIAN está abierta a formalizar pagos graduales, y la Fiscalía prioriza la reparación del daño antes que los procesos prolongados. No es un camino sencillo, pero con un acompañamiento experto, se puede recuperar la tranquilidad, proteger el patrimonio y reconstruir la confianza institucional.
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