Analistas esperan que las presiones en los precios se mantengan al menos en el primer trimestre. El efecto de tasas de interés tardaría en sentirse.
La inflación en enero no se relajó y por el contrario, se ubicó muy por encima de las expectativas del mercado. Con una variación mensual de 1,67% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que llevó el dato anual a 6,94%. Con este panorama, las previsiones del mercado y los analistas apuntan a que en los próximos meses seguirán las presiones y que en 2022, nuevamente, no se cumplirá el rango meta del Emisor.
El reporte entregado por el Dane el sábado reveló que en enero el rubro de los alimentos fue el que generó el mayor impulso en el IPC, con una contribución de 0,67 puntos porcentuales (pps) a la variación y un aumento mensual de 3,97%. Otras categorías con aportes importantes para la inflación fueron transporte (0,24 pps); restaurantes y hoteles, con 0,24 puntos; y alojamiento, agua, electricidad y gas, con 0,15 pps.
En cuanto a los mayores incrementos de precios en enero destacan las prendas de vestir y calzado, que registraron un aumento de 4,03% como resultado de la normalización en los precios tras las jornadas de días sin IVA de los últimos tres meses. Le siguen los alimentos y bebidas, con una variación de 3,79% en sus precios de enero.
En cuanto a la variación anual, los alimentos son la categoría que más aumentos en precios (19,94%), seguida por el rubro de restaurantes y hoteles, con una inflación de 10,73%.
LAS PREVISIONES
Las expectativas para la inflación indican que seguirá alta en los próximos meses. El último informe de política monetaria del Banco de la República señaló como la inflación anual seguiría sometida a presiones alcistas de magnitud y duración superiores a las contempladas hace unos meses. Pero además, con una presión por el aumento importante del salario mínimo y una indexación a una mayor tasa de inflación que vieron algunos precios al inicio de año.
Pese a ello, el Emisor sostuvo que algunas de las presiones deberían empezar a ceder a partir del segundo trimestre de 2022 lo que, junto con una política monetaria menos expansiva.
“Usualmente los dos primeros meses del año son los de más alta inflación, en enero suele haber crecimientos importantes en alimentos, restaurantes y en aquellos servicios con vinculación al salario mínimo, mientras que en febrero suele ser educación”, explicó Andrés Langebaek, director ejecutivo de investigaciones económicas del Grupo Bolívar-Davivienda.
Una postura similar es la de Andrés Pardo Amézquita, director de estrategia macroeconómica para América Latina de XP Investment, quien considera que “la inflación va a seguir subiendo por lo menos hasta marzo o abril”. Según el economista, a mediados de abril, y en mayo, “se comenzarán a ver seguramente unas correcciones un poco más importantes”, esto gracias al efecto base favorable sobre todo en alimentos, porque el año pasado, en mayo, estos aumentaron por efectos del paro.
LA POLÍTICA MONETARIA
Los bancos centrales de varios países del mundo han comenzado a tomar acciones para controlar la inflación por medio de incrementos en las tasas de interés, y para los expertos, esta podría ser la solución a la mano para ir frenando el avance en la inflación.
“El grueso de la política monetaria se va a disparar durante el primer semestre, entre más rápido se actúe, más rápido se pueden contener las presiones, pero sobretodo las expectativas, que es lo más peligroso”, indicó Wilson Tovar, gerente de investigaciones económicas de Acciones y Valores.
Sin embargo, Tovar recordó que la ventana de política monetaria puede tomar de 4 a 8 trimestres, y los efectos del alza de tasas puede irse a 18 meses adelante.
Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, mencionó como la inflación está teniendo un comportamiento más complejo de lo que se esperaba, y eso incide en las expectativas, pero reiteró que los efectos inflacionarios que se están viendo tanto local como globalmente se explican por choques de oferta y de demanda.
“Lo que son choques de demanda tienen que ver un poco con la recuperación económica, y con el desempleo, y eso se controla con el aumento de tasas que viene haciendo el Banco de la República, sin embargo los choques de oferta no hay cómo controlarlos, la única forma es produciendo más bienes y servicios a nivel global. Por ello, lo que ahora se puede hacer es incrementar las tasas para controlar parte del choque”, explicó.
Por su parte, Tovar recordó como en algún momento el gobierno de Álvaro Uribe intentó hacer un pacto con las centrales de abastos para evitar que los precios se desborden, “no sé si eso pueda funcionar hoy, en el pasado se han usado estas estrategias”, indicó.