A finales del 2011, investigadores judiciales que rastreaban operaciones
irregulares en corredoras de bolsa colombianas monitorearon (por medios
electrónicos y con fuentes humanas) a directivos y empleados de varias firmas,
incluida Interbolsa, dueña del 35 por ciento del mercado bursátil.
Los rastreos dieron lugar a 12 capturas y 9 extradiciones solicitadas por EE.
UU., cuyo gobierno inició procesos por lavado y ahora custodia parte de la
evidencia.
Pero, en el caso de Interbolsa, el monitoreo dejó al descubierto que
–sin que nadie se percatara– la crisis que terminó reventándola en el 2012 se
había iniciado un año atrás.
Así lo evidencian mil horas de conversaciones entre Tomás Jaramillo,
accionista e hijo del fundador de Interbolsa; Rachid Maluf, gerente del polémico
Fondo Premium de Curazao; Víctor Maldonado, principal accionista del grupo, y
Juan Carlos Ortiz, socio de los Jaramillo, entre otros.
Estas dejan en evidencia el afán de Interbolsa por desligarse del polémico
economista Juan Carlos Ortiz, por cuya cabeza, aseguraban, iba la
Superintendencia Financiera. Pero también, los lazos íntimos con el Fondo
Premium (que siempre han negado) y con la intervenida Proyectar Valores, a la
que intentaron apalancar para que su crisis no los golpeara.
Se refieren, además, al traslado de bienes a Gaia Transnational, firma que EL
TIEMPO rastreó hasta Panamá y en la que figuran allegados a los Jaramillo.
Además, detallan las afugias por la iliquidez y los malabares para honrar
deudas con la venta de bienes.
Premium
En Interbolsa preocupaba que la prensa indagara por Premium. A la vez, Tomás
Jaramillo evaluaba si podía sacar 10 millones de dólares y dejar 1’600.000 en
caja. Incluso planteó liquidarlo. Y aunque Rachid Maluf, su gerente –con quien
hablaba con frecuencia–, dijo que les generaba un millón de dólares al año,
propuso que “si la necesidad de la plata es más importante, pues se hace”. Pero
advirtió que Interbolsa no alcanzaría a sacar 8 millones. A Tomás Jaramillo y a
Ortiz les preocupaba la iliquidez y planearon pedirle ayuda a Maldonado.
Alianza con
Corridori
Tomás Jaramillo y Ortiz hablaban de la necesidad de estar cerca de Alessandro
Corridori, dueño de los repos de Fabricato. Le hicieron cena y un préstamo por $
6 mil millones. Pero luego le pidieron cubrir operaciones.
Proyectar
Un asesor monitoreaba las acciones del Gobierno en Proyectar Valores y le
reportó a Tomás Jaramillo que le inquietaba el nexo con Enerpereira, los Nule y
el pasivo de Metrolínea. Y aunque Jaramillo le dijo que era falso que las
transacciones de Proyectar no tuvieran garantías, se le dijo que se usaron las
de clientes sin que estos supieran y que el hueco era de 10.000 millones. Tomás
ordenó mostrarle todo a la Superfinanciera.
La empresa en
Panamá
Tomás Jaramillo habla con allegados de mover recursos familiares a Gaia
Transnational. EL TIEMPO obtuvo los registros de esa firma en Panamá y encontró
que está vinculada a su esposa, María Luz Ruano Castro, quien también aparece en
la empresa Jochis. En conversaciones se habla, además, de vender parte de
Interbolsa, un hotel y locales en la Costa y Medellín.
Acciones de Millos y
avión
Dentro del ‘divorcio’ con Ortiz y para obtener liquidez, Tomás Jaramillo
pidió salir de las acciones de Millonarios, “así fuera dándolas con descuento”.
Con un experto habló de la venta del avión de Interbolsa en 750.000 dólares “si
no tenía corrosión”. Ortiz no quiso salir de Millos y se quedó con las
acciones.
Capital y la
‘holding’, en rojo
El vicepresidente de Interbolsa, Jorge Arabia, le dijo a Tomás Jaramillo que
está muy mal de plata por la operación: “Lo que sale de Special Situation y de
Odinsa se lo lleva la operación (...). Los negocios no producen y los gastos son
de 3.000 a 4.000 millones por mes, solo en la ‘holding’ ”. La caja de Capital
también estaba casi sin fondos.