“Estuve año y medio secuestrado por las Farc, pero el daño que me ha hecho Interbolsa ha sido peor”, asegura el ingeniero Alfonso Manrique, sentado en un escritorio atiborrado de documentos, con los que este 17 de enero atenderá la citación de la Fiscalía General para dar su versión de lo sucedido en la comisionista. Intentará demostrar que Alessandro Corridori falsificó su firma en repetidas oportunidades, con el fin de cerrar negocios millonarios.
Manrique tiene 72 años y una gran experiencia empresarial a cuestas, en la que se cuenta la creación de Odinsa, Manrique & Manrique y Cromas, además de su labor al frente de la Fundación País Libre, desde donde trabaja en políticas antisecuestro.
La documentación es abundante, pero está seguro de que hay mucha más que el liquidador de Interbolsa no le ha entregado.
Entre los documentos, también figura el contrato de cuentas de participación mediante el cual Manrique autorizó a Corridori a actuar como ordenante de Manrique & Manrique a partir del 3 de diciembre de 2010. Pero lo cierto es que el italiano actuó como representante legal de la firma desde octubre de 2009 sin autorización, y con ello movió miles de millones de pesos sin que Manrique sospechara. Pero las pruebas no terminan ahí.
Hoy Alfonso Manrique está convencido de que Alessandro Corridori no era más que un títere de la cúpula directiva de Interbolsa, que logró manipular al italiano y convencerlo de hacer operaciones fraudulentas con las acciones de Manrique & Manrique y Cromas, “de lo contrario nunca le habrían hecho un préstamo por $86.000 millones sin ni siquiera pedirle garantías por el dinero”.
“Poco a poco hemos venido enterándonos de cómo se hacían las cosas en Interbolsa. Estoy seguro de que apenas se está empezando a descubrir la verdad, y que falta mucho por venir”.
Grupo no usará más edificio de la calle 82
Como parte del proceso de liquidación que viene realizándose en la comisionista Interbolsa, el liquidador delegado por la Superintendencia de Sociedades, Pablo Muñoz, dio a conocer que los edificios en los que operaban las diferentes áreas del grupo financiero no le pertenecen sino que estaban en arriendo. Debido a esto, las operaciones de liquidación se trasladarán a una modesta oficina y además se despedirán cerca de 70 empleados que aún permanecían laborando en el grupo, pues ya no se requieren de sus servicios. Vale la pena recordar que entre las cuentas que no pagó el grupo Interbolsa en el mes que estuvo en proceso de restructuración se encuentra el arriendo de las diferentes oficinas con las que contaba la firma en la calle 82 y la calle 77, al norte de Bogotá.
Por otro lado, se conoció que la próxima semana en la Fiscalía General se realizarán las audiencias de varios implicados en el caso Interbolsa.