Retención en la fuente por compras en 2025 en Colombia



La retención en la fuente por compras es uno de los mecanismos más sensibles en la operación diaria de empresas, pymes e independientes, porque afecta tesorería, costos, cumplimiento y la relación con proveedores. Para 2025 vuelve a ser tema clave debido al valor mínimo actualizado que exige revisar contratos, órdenes de compra, anticipos y pagos fraccionados. Este artículo explica, en lenguaje claro y práctico, cómo funciona el tope vigente, qué exige la normativa tributaria, qué riesgos se presentan ante la DIAN y cómo prevenir sanciones sin afectar la dinámica comercial. También exploramos errores frecuentes, casos reales y recomendaciones aplicables para áreas contables, gerencias y emprendimientos que manejan compras recurrentes o montos variables. Además, conocerás cómo Mi Contabilidad integra análisis contable, revisión tributaria y automatización inteligente para evitar inconsistencias y mejorar tu toma de decisiones. Toda actualización exige un acompañamiento técnico confiable. 

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Cada año, miles de empresas e independientes en Colombia enfrentan dificultades por desconocer los valores mínimos que obligan a practicar retención en la fuente por compras. Cuando la operación diaria se mueve entre pagos fragmentados, proveedores nuevos, conciliaciones atrasadas o plataformas de facturación que no están actualizadas, el riesgo de omitir una retención aumenta considerablemente. Para 2025, entender el tope actualizado permite evitar sanciones automáticas de la DIAN, reprocesos de costos, notas crédito innecesarias y tensiones con los proveedores. Las áreas de contabilidad y gerencia necesitan una guía clara, práctica y aplicable al día a día, especialmente cuando cada peso retenido afecta flujo de caja y cumplimiento tributario. La contabilidad no es solo números, es la base para decisiones sólidas y sostenibles.

La retención en la fuente por compras siempre ha ocupado un lugar especial dentro del sistema tributario colombiano, porque conecta la realidad operativa de las empresas con la obligación formal de recaudar anticipadamente parte del impuesto de renta. A diferencia de otros tipos de retención que operan sobre ingresos laborales, servicios o comisiones, esta modalidad se aplica sobre la adquisición de bienes corporales muebles no destinados a la reventa, en la mayoría de los casos. Precisamente por ese objetivo preventivo, la DIAN ajusta periódicamente el valor mínimo bajo el cual no debe aplicarse la retención, y para 2025 este cambio trae implicaciones directas en el manejo de costos, compras y tesorería.

Aunque el escenario parece sencillo en apariencia —verificar si la compra iguala o supera el tope definido— la práctica demuestra que es una de las áreas con mayor número de inconsistencias durante revisiones de fiscalización y procesos de auditoría. La razón principal es que las compañías suelen concentrarse en el valor total de la factura sin analizar si la operación involucra pagos fraccionados, anticipos, ajustes a contratos o compras sucesivas dentro del mismo período fiscal. Este tipo de detalles es donde se generan los errores más frecuentes, pues la DIAN evalúa la realidad económica y no únicamente el valor individual de cada comprobante.

Para 2025 el valor mínimo establecido para practicar retención en la fuente por compras se basa en la actualización anual del UVT, que sirve como referencia para determinar montos tributarios. No se trata de un invento del sistema sino de una metodología diseñada para mantener coherencia entre inflación, normativa y capacidad adquisitiva. Al definirse el valor del UVT para cada año gravable, automáticamente deben ajustarse topes como sanciones, límites de obligaciones formales y el monto a partir del cual se practica retención en la compra de bienes. En este punto aparece la primera causa de confusión, ya que muchas empresas creen que la DIAN publica un decreto exclusivo para retención por compras, cuando realmente la actualización del UVT ya determina el nuevo umbral.

Los empresarios necesitan entender que el valor mínimo no actúa de manera aislada. Impacta directamente la estructura de costos, el reconocimiento del gasto y la interacción con la cadena de suministro. Una empresa que compre de manera recurrente insumos, repuestos, mobiliario o equipos debe integrar este tope dentro de sus procedimientos internos, especialmente cuando maneja proveedores informales o operaciones mixtas donde conviven facturas electrónicas y otros documentos equivalentes. Al revisar los casos más comunes en auditorías internas, encontramos que el error más repetido consiste en confundir el valor total de la factura con el valor sometido a retención. En compras gravadas con IVA, la base es el valor antes de impuestos, y aunque esto parece básico, sigue siendo una de las inconsistencias más encontradas por la DIAN según sus reportes de gestión.

En mis más de treinta años de experiencia, he acompañado empresas donde la falta de claridad en este tema ha generado pagos duplicados de retención, diferencias conciliatorias y notas crédito que no deberían existir. Cuando la organización no cuenta con un procedimiento claro, los auxiliares contables terminan aplicando retenciones por encima del límite o, peor aún, omitiéndolas. Ambas situaciones generan problemas. Si se practica de más, el proveedor reclama y se afecta la relación comercial. Si no se practica, la DIAN puede exigir el valor no retenido más intereses y sanciones. En ambos casos, la empresa pierde tiempo, dinero y reputación.

También he observado casos donde las plataformas de facturación electrónica no están actualizadas con el valor del UVT del nuevo año, lo que lleva a que el sistema sugiera retenciones con topes del período anterior. Las áreas contables confían en estas automatizaciones sin verificar manualmente la normativa vigente, lo cual es comprensible por carga laboral, pero riesgoso desde la perspectiva del cumplimiento tributario. Allí es donde la transformación digital debe estar alineada con las exigencias regulatorias. Es precisamente en este punto donde el acompañamiento de Mi Contabilidad y el soporte tecnológico de Julio César Moreno Duque cobra valor estratégico: integrar datos en tiempo real, automatizar actualizaciones y evitar que el error humano o tecnológico afecte la operación. Construyendo un mundo nuevo; trabajando inteligente para el ingreso de nuestros clientes a la nueva era contable y tributaria.

Comparar Colombia con otros países latinoamericanos es útil para comprender la importancia de las retenciones como mecanismo de recaudo anticipado. En países como México, Chile o Perú los esquemas de retención también actúan como anticipo del impuesto, aunque con estructuras y porcentajes diferentes. Sin embargo, Colombia sobresale por la diversidad de conceptos sujetos a retención y por el nivel de fiscalización electrónica que se ha fortalecido en los últimos años con la masificación de la factura electrónica, los reportes automatizados y la analítica de datos aplicada por la DIAN. Esto explica por qué se incrementan los cruces automáticos entre proveedores y compradores y por qué la omisión de retenciones mínimas ahora se detecta con mayor facilidad. De hecho, desde 2023 la DIAN ha incrementado el número de requerimientos automáticos derivados de inconsistencias en compras, comparando información entre reportes de terceros y declaraciones tributarias.

Para 2025, el nuevo valor mínimo de retención en compras implica revisar de inmediato los contratos vigentes. Cualquier empresa que tenga acuerdos de suministro, órdenes de compra recurrentes, adquisiciones parceladas o pagos por adelantado debe analizar si el valor acumulado de una operación supera el límite. Este es uno de los casos que más confusión genera. Si un proveedor factura cinco entregas mensuales por valores individuales por debajo del tope, pero todas obedecen al mismo contrato o pedido, la DIAN puede determinar que sí existía obligación de retener por la sumatoria de la operación. La recomendación técnica es tener procedimientos que identifiquen este tipo de compras fraccionadas para evitar requerimientos posteriores.

De igual manera, es indispensable que el área contable capacite a tesorería, compras y administración para que todas las áreas hablen el mismo idioma tributario. He visto empresas donde compras tramita pagos sin tener en cuenta la base sometida a retención porque confía plenamente en la plataforma ERP, pero el sistema no discrimina cuando una compra fraccionada proviene de un solo contrato. En esas situaciones, la retención debería aplicarse desde la primera factura que, al sumarse con las demás, supere el límite. Este tipo de análisis es el que desde Mi Contabilidad realizamos con detalle, validando procesos internos, flujos documentales y reglas empresariales para evitar que la DIAN cuestione la razonabilidad del procedimiento.

Otro punto relevante para 2025 es el tratamiento de proveedores del régimen simple. Algunas empresas creen que por pertenecer al SIMPLE no deben practicarse retenciones en ningún caso. Esto es parcialmente cierto, pero solo aplica para los conceptos sujetos a retención por servicios. En el caso de compras de bienes, la retención sí opera si el proveedor vende bienes corporales muebles no excluidos y si la transacción supera el valor mínimo establecido. Una lectura superficial de la norma puede llevar a errores que se acumulan y luego son difíciles de corregir cuando el año fiscal ya está cerrado.

En este escenario aparecen las consecuencias más costosas para las organizaciones: ajustes tardíos, revisorías fiscales que reportan irregularidades, auditorías internas que identifican prácticas incorrectas o procesos de fiscalización donde la entidad tributaria reclama el monto no retenido. La DIAN puede exigir el pago del valor omitido más sanciones e intereses, aun cuando el proveedor ya haya declarado el ingreso. Es decir, la empresa no puede trasladar la responsabilidad, porque el agente retenedor es quien tiene la obligación legal de recaudar. Esa es la esencia del sistema: delegar en las empresas parte del recaudo anticipado del impuesto.

Una de las fortalezas que promovemos desde Mi Contabilidad es la integración entre diagnóstico contable y soporte tecnológico. Con el acompañamiento de Julio César Moreno Duque incorporamos tableros de control, automatizaciones, validaciones cruzadas y alertas tempranas que permiten identificar cuándo una compra se acerca al límite para practicar retención. Esta capacidad de anticipación reduce riesgos, mejora la planeación tributaria y evita molestias a los proveedores. Tener los datos correctos en el momento oportuno transforma completamente la dinámica de cumplimiento.

En medio de esta realidad, los empresarios necesitan soluciones simples, prácticas y confiables. Por eso, a lo largo de este proceso destacamos dos ventajas esenciales que ofrecemos a nuestros clientes. La primera es una microllamada a la acción concreta: revisar de inmediato tus órdenes de compra de 2025 para determinar si ya estás aplicando el valor mínimo actualizado. Es un paso rápido que evita errores mayores. La segunda es una oferta sin riesgo: realizamos una revisión preliminar sin costo para identificar inconsistencias en tus procedimientos de retención. Esta revisión inicial suele revelar oportunidades de mejora que disminuyen costos y mitigan riesgos.

También incluyo otra microllamada a la acción para quienes manejan sistemas de facturación o ERP: solicita una verificación técnica sobre la actualización del UVT 2025 dentro de tu plataforma. Es un proceso que puede hacerse en minutos y asegura que tu sistema esté alineado con la normativa. Como oferta sin riesgo, te brindamos un diagnóstico digital básico sin costo, permitiendo identificar brechas tecnológicas que puedan impactar la correcta aplicación de la retención.

Dentro de esta conversación sobre buenas prácticas, resulta importante mencionar ejemplos reales que ilustran las consecuencias prácticas del manejo incorrecto. Una empresa del sector manufacturero aplicó retención sobre la totalidad de la factura sin excluir el IVA, lo que generó una diferencia mensual acumulada que su proveedor no estaba dispuesto a asumir. El resultado fue la suspensión de entregas durante dos semanas y un retraso en la producción, afectando contratos con sus clientes. Todo por una retención mal calculada. En otro caso, una empresa de servicios omitió aplicar retención en compras por considerar que se trataba de bienes destinados a la reventa. Sin embargo, la DIAN determinó que los productos eran para consumo interno y exigió la retención omitida más intereses. Estas situaciones son más comunes de lo que parecen y demuestran por qué el acompañamiento experto es determinante.

Los empresarios también deben comprender que la DIAN cruza información entre facturas electrónicas, declaraciones tributarias, reportes de proveedores y anexos del año gravable. Cuando la retención omitida genera una diferencia entre lo que declara el proveedor y lo que reporta el comprador, el sistema automáticamente genera alertas que luego son enviadas como requerimientos. Esto significa que el margen de error se ha reducido drásticamente y que las empresas necesitan procedimientos más robustos.

Si analizamos la situación desde una perspectiva de flujo de caja, la retención en compras también tiene implicaciones. Para muchos negocios, practicar la retención implica disminuir el pago al proveedor, lo cual puede afectar la negociación y generar tensiones si no se explica adecuadamente. Por eso, es recomendable que las empresas mantengan una comunicación clara y anticipada con sus proveedores sobre la actualización del valor mínimo para 2025. Esta transparencia fortalece la relación comercial y evita reclamos innecesarios.

En este punto es relevante resaltar que la retención en compras no debe verse como una carga administrativa sino como una oportunidad para mejorar el control interno. Aplicar correctamente los topes permite identificar patrones de compra, negociar mejores condiciones con proveedores y optimizar la planeación del impuesto de renta. Cuando las áreas de contabilidad y finanzas trabajan de manera articulada, los errores disminuyen y los procesos se vuelven más eficientes.

Desde Mi Contabilidad hemos acompañado a decenas de empresas que inicialmente veían la retención como un simple procedimiento administrativo. Con el tiempo comprendieron que, bien gestionada, se convierte en un indicador clave del fortalecimiento contable y del cumplimiento tributario. Nuestro enfoque no se limita a revisar documentos; analizamos procesos, capacitamos equipos, ajustamos sistemas y asesoramos en decisiones estratégicas. En muchas ocasiones hemos logrado eliminar sanciones potenciales antes de que se materialicen, precisamente porque identificamos inconsistencias a tiempo.

Además, dentro de nuestro ecosistema digital incorporamos análisis comparativos, modelos predictivos y estrategias basadas en datos que permiten anticipar la carga tributaria del año. Esta visión integral facilita que las empresas planifiquen sus costos, optimicen sus compras y cumplan con la normativa sin sacrificar liquidez. Cuando un empresario comprende el impacto de estas decisiones, la retención en compras deja de ser un trámite y se convierte en una herramienta de gestión.

Finalmente, vale la pena reiterar que el reto no es solo conocer el valor mínimo de retención para 2025, sino aplicarlo correctamente en coherencia con la operación real de la empresa. La DIAN no evalúa únicamente documentos; evalúa comportamientos, consistencia y lógica empresarial. Por eso, el acompañamiento profesional es clave para garantizar que cada decisión tributaria esté soportada y alineada con la normativa.

Si hoy solucionas este problema con nosotros, seguiremos acompañándote para que no vuelva a ocurrir.

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Artículo elaborado por Diana Cristina Cardona Cardona, Contadora Pública con más de 30 años de experiencia en normatividad contable y tributaria en Colombia. Este artículo hace parte del compromiso de Mi Contabilidad de acompañar a empresarios, contadores e independientes en la nueva era contable y tributaria, garantizando confianza, claridad y cumplimiento normativo.

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Somos una firma colombiana con domicilio principal en Manizales, contamos con más de 15 años de experiencia profesional en el campo de la auditoria financiera, de gestión, y de sistemas, así como en el campo de revisoria fiscal. Contamos con un grupo de profesionales especializado en temas tributarios y de NIIF, temas que en la actualidad son imprescindibles en cualquier organización.

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