Los millonarios siguen siendo millonarios, ¿Se ha preguntado cómo lo hacen? Pues parece que apenas consigue un poco de dinero, se le esfuma como por arte de magia. Conozca algunos de sus secretos.
1. Pagar menos
Estos dos conceptos son en lo primero que se fijan los millonarios a la hora de invertir. Cualquiera optaría por los instrumentos bursátiles que más rentabilidad otorguen, sin embargo, la perspectiva de un millonario es diferente. Ellos averiguan que instrumentos ofrecen menores comisiones y cuáles permiten pagar menos en impuestos. Ahí está la verdadera rentabilidad, no en la tasa de interés que ofrezcan.
2. Diferentes canastas para los huevos
Dar con el próximo Facebook o Google en el mercado de valores no es tan sencillo. Por eso, los millonarios en lugar de invertir en una empresa emergente que cotiza a US$40 la acción, optan por invertir en varias empresas que tenga el precio de su acción más accesible. Así, repartida su inversión, la posibilidad de retorno de su dinero es mayor que si invirtiera en una sola empresa. Cuestión de tacto, y de aprovechamiento del tiempo.
3. La medida justa
Los millonarios nunca invierten más allá de sus posibilidades. Son estrictos con lo que van a invertir. Nunca caen en la tentación de poner todo su dinero en una empresa que les asegura una tasa de retorno bastante alta. Riesgo sí, pero sin perjudicar el patrimonio total actual.
4. La suerte de la fea…
Contrariamente a lo que se divulga en los medios, los millonarios no suelen invertir todo su capital en empresas de tecnología o financieras. Hay empresas que ofrecen rendimientos muy interesantes (con menos popularidad y menor riesgo) sin pertenecer a estos dos sectores. Las empresas automovilísticas, farmacéuticas, y petroleras gozan de la predilección de los millonarios. Siempre ofrecen rendimientos positivos en las principales bolsas del mundo.
5. Paciencia
¿Qué cree que hicieron los millonarios tras la crisis del 2008? ¿Retiraron su dinero de los fondos de inversión? Todo lo contrario, lo mantuvieron. Ellos ya conocen a fondo el mercado bursátil. Si bien fueron años complicados (sus acciones se desplomaron), mantuvieron la calma hasta que el mercado entró en su cauce normal. Ya en el 2014, sus acciones volvieron a los valores que tenían antes de la crisis. Y, con la seguridad que en los próximos años aumentarán de valor.
6. Reinversión
Para los millonarios, las empresas no son eternas. Suelen vender y comprar empresas como se compran verduras en un supermercado. Los millonarios no se lanzan al despilfarro cuando venden una empresa. Saben que todo negocio tiene su punto alto y su punto bajo. Aprovechan ese capital fresco para crear nuevas empresas, que alcancen en poco tiempo ese punto alto que busca todo empresario.
7. El dinero no lo es todo
¿Se acuerda del juego Monopolio? El ganador de ese juego no era aquel que tenía más billetes en un momento determinado. El ganador era el que lograba tener más propiedades en el juego. Así también funciona la vida real. Los millonarios invierten gran parte de su capital en bienes raíces, no sólo de su país de origen, sino también, del extranjero. Los bienes raíces no tienen pierde, casi siempre ofrecen una rentabilidad segura para sus titulares.
Estos dos conceptos son en lo primero que se fijan los millonarios a la hora de invertir. Cualquiera optaría por los instrumentos bursátiles que más rentabilidad otorguen, sin embargo, la perspectiva de un millonario es diferente. Ellos averiguan que instrumentos ofrecen menores comisiones y cuáles permiten pagar menos en impuestos. Ahí está la verdadera rentabilidad, no en la tasa de interés que ofrezcan.
2. Diferentes canastas para los huevos
Dar con el próximo Facebook o Google en el mercado de valores no es tan sencillo. Por eso, los millonarios en lugar de invertir en una empresa emergente que cotiza a US$40 la acción, optan por invertir en varias empresas que tenga el precio de su acción más accesible. Así, repartida su inversión, la posibilidad de retorno de su dinero es mayor que si invirtiera en una sola empresa. Cuestión de tacto, y de aprovechamiento del tiempo.
3. La medida justa
Los millonarios nunca invierten más allá de sus posibilidades. Son estrictos con lo que van a invertir. Nunca caen en la tentación de poner todo su dinero en una empresa que les asegura una tasa de retorno bastante alta. Riesgo sí, pero sin perjudicar el patrimonio total actual.
4. La suerte de la fea…
Contrariamente a lo que se divulga en los medios, los millonarios no suelen invertir todo su capital en empresas de tecnología o financieras. Hay empresas que ofrecen rendimientos muy interesantes (con menos popularidad y menor riesgo) sin pertenecer a estos dos sectores. Las empresas automovilísticas, farmacéuticas, y petroleras gozan de la predilección de los millonarios. Siempre ofrecen rendimientos positivos en las principales bolsas del mundo.
5. Paciencia
¿Qué cree que hicieron los millonarios tras la crisis del 2008? ¿Retiraron su dinero de los fondos de inversión? Todo lo contrario, lo mantuvieron. Ellos ya conocen a fondo el mercado bursátil. Si bien fueron años complicados (sus acciones se desplomaron), mantuvieron la calma hasta que el mercado entró en su cauce normal. Ya en el 2014, sus acciones volvieron a los valores que tenían antes de la crisis. Y, con la seguridad que en los próximos años aumentarán de valor.
6. Reinversión
Para los millonarios, las empresas no son eternas. Suelen vender y comprar empresas como se compran verduras en un supermercado. Los millonarios no se lanzan al despilfarro cuando venden una empresa. Saben que todo negocio tiene su punto alto y su punto bajo. Aprovechan ese capital fresco para crear nuevas empresas, que alcancen en poco tiempo ese punto alto que busca todo empresario.
7. El dinero no lo es todo
¿Se acuerda del juego Monopolio? El ganador de ese juego no era aquel que tenía más billetes en un momento determinado. El ganador era el que lograba tener más propiedades en el juego. Así también funciona la vida real. Los millonarios invierten gran parte de su capital en bienes raíces, no sólo de su país de origen, sino también, del extranjero. Los bienes raíces no tienen pierde, casi siempre ofrecen una rentabilidad segura para sus titulares.