Jorge Silva Luján, Presidente de Microsoft Colombia
Arrancó el año. Y arranca con nuevas tendencias y nuevas maneras de usar la tecnología. Opinión de Jorge Silva Luján.*
Solo pensar en lo que en poco tiempo será nuestro día a día con lo que hemos empezado a definir como “el Internet de las cosas” es un paso obligado a reflexionar en la manera cómo hacemos nuestras tareas. Me refiero al nuevo concepto de productividad que empezamos a vivir.
En el mundo de la tecnología la palabra productividad ha estado definida por el trabajo que involucra un documento, una hoja de cálculo o una presentación. Pero en su contexto histórico ha tenido un significado más grande: Es la manera de medir lo que una persona, equipo u organización consigue con el esfuerzo que realiza. En otras palabras, la productividad es tan solo una manera de pensar sobre qué tan bien utilizamos nuestro tiempo.
Y como todos sabemos este tiempo es cada vez más escaso. Además porque involucra otros factores que lo determinan como la movilidad, las distancias, los idiomas, los costos y, claro, el tema personal.
No se trata, entonces, de una declaración sobre el trabajo; se trata de una declaración sobre la vida. Y es por eso que la meta se hace mucho más grande: que la gente pueda aprovechar de mejor manera los momentos que le importan. Cualquier momento: en el trabajo, en la casa o en dónde se encuentre. Porque al final no se trata de la productividad sino de ayudar a las personas a ser más productivas.
Es aquí donde vemos que surge el tema de la tecnología. En este punto es clave analizar lo que sucede hoy. Cada día nuestro mundo crea nuevas tecnologías, nuevos dispositivos, nuevas aplicaciones y nuevos servicios. Lo que se traduce en nuevas maneras de hacer las cosas, nuevas formas de conectarse, nuevas cosas qué aprender. Y mientras cada una sostiene la promesa de ayudarnos a hacer más con menos esfuerzo, se convierte por momentos en algo más que compite con el escaso tiempo y atención. Visto así, se constituye en parte del problema. Es por eso que necesitamos pensar de nuevo en la manera en que usamos la tecnología.
Precisamente hoy vemos cómo algunas herramientas de oficina se han hecho más disponibles para crear, compartir y colaborar desde cualquier lugar con un mismo dispositivo. Vemos como ciudades en el mundo, como el Reino Unido, se han habilitado para ayudar a las personas con alguna discapacidad visual a navegar en las ciudades de manera novedosa y única. De esto se trata la nueva productividad y el nuevo uso de la tecnología.
Es decir, necesitamos cambiar a herramientas naturales que aprendan la manera en la que nosotros trabajamos. Necesitamos cambiar de herramientas enfocadas en nuestras habilidades individuales a herramientas que impulsen la productividad social. Necesitamos cambiar a herramientas inteligentes que entiendan el contexto para anticipar y priorizar lo que más importa y desechar las que esperan a que nosotros actuemos. Y necesitamos cambiar de un mundo donde el tiempo y el espacio dictan lo que podemos hacer a un mundo en verdad móvil que gire alrededor de nosotros para que cualquier dispositivo se convierta en mi dispositivo.
Hemos comenzado a entrar en una era donde los dispositivos superan el número de personas y crean más datos de los que consumen y donde las herramientas que nos servían bien en el pasado comienzan a quedarse cortas. Así que aprovechar mejor nuestro tiempo requerirá de pensar de una manera distinta en nuestras herramientas. Porque la nueva productividad es poder hacer bien lo que más nos importa.