Alessandro Corridori, de 42 años, es el
gran protagonista de la quiebra de Interbolsa. A pesar de ello, viajó a Italia
de vacaciones.
Alessandro Corridori, hijo de obrero, obtuvo en 7 años $ 90.000 millones.
A la 1:44 de la tarde del 10 de noviembre pasado, el empresario
italiano Alessandro Corridori confesó que quería quitarse la vida.
A pesar de ser el titular de una fortuna –representada en 90 mil millones de
pesos en acciones de varias empresas– se sentía acorralado: ya se estaban
descubriendo los mecanismos irregulares usados para hacerse a ese dinero, a
través de jugadas bursátiles hechas desde
Interbolsa.
Hacía una semana el Gobierno había ordenado la liquidación de la comisionista
y allí había quedado atrapada su plata y la de su socio, el empresario huilense
Alfonso Manrique Van-Damme.
Fue a él a quien le dijo lo del suicidio, cuando Manrique lo citó a un café
del Parque de la 93 al descubrir que le había saqueado 80 mil millones de pesos
para transar repos de Fabricato.
Manrique dice que conoció al italiano hace siete años a través de Gerardo
Rojas, de Gesvalores, firma que luego fue absorbida por Proyectar Valores. “No
recuerdo quién presentó a quién. Corridori llegó con uno de los 60 corredores de
bolsa que teníamos. Es posible que se hubieran conocido allá o antes”, dice
Rojas.
Lo concreto es que, aunque el italiano, de 42 años, se tituló como ingeniero
de sistemas, con la experiencia adquirida como agente de bolsa de la firma Lloyd
Adriático S.P.A., empezó a invertir en varias empresas.
“A finales de 2007 me dijo que pasáramos a una comisionista más grande
–Interbolsa– en la que trabajaba su segunda pareja colombiana: Claudia Jaramillo
Palacios”, recuerda Manrique. De hecho, ella aparece abriéndole el portafolio de
inversiones a Manrique, el 10 de diciembre de 2007.
El italiano, nacido en Grosseto, llegó de vacaciones a Colombia a finales de
2006 y en San Andrés conoció a una santandereana que lo ancló en el país y lo
llevó a Bucaramanga. Corridori acababa de fracasar con una agencia de seguros
–Servizi Assicurativi– y acá quería darse otra oportunidad.
En Bucaramanga le atribuyen cercanía con una influyente familia. Pero su
cabeza le aseguró a este diario que no tuvo ningún contacto con él.
‘Millos y Paz del
Río’
Quien sí admitió saber quién era Corridori antes del escándalo es el político
conservador Carlos Holguín Sardi, exministro y expresidente del Partido
Conservador.
“Lo conocí en una reunión social, hacia el 2001, pero no recuerdo dónde.
Acababa de llegar a Colombia y me dijo que vivía en Bucaramanga. Fue ocasional,
10 minutos: saludo y algunas frases. Me pareció una persona cordial, amable y
entradora. No volví a saber de él”, dice Holguín.
Pero niega que le hubiera presentado al también político Luis Fernando
Jaramillo, hermano de Rodrigo, cabeza de Interbolsa y su carta de presentación
en la holding.
José Roberto Arango, artífice de la recomposición Paz del Río y del equipo
Millonarios –en donde Corridori invirtió– también accedió a aclarar el nexo que
les atribuyen.
“Lo conocí cuando fue a una reunión en la que estaban unas diez personas,
entre ellas Juan Carlos Ortiz, Alejandro Martínez y un abogado Archila. Compró
unas acciones de Millonarios, en el 2010. Después supe que trató de que Coltejer
comprara a Fabricato pero ni a la junta ni a los mexicanos les interesó. Eso fue
hace un año”, anota.
Sobre Paz del Río, Arango dice que no estuvo en la fase de especulación
accionaria en la que entró Corridori: “No tuve ninguna amistad ni negocio con
él”.
El italiano compró acciones de Paz del Río a 36 pesos y las vendió a 130.
En Millos adquirió el 8,8 por ciento y poco antes del descalabro se las
entregó a Inversiones Isaza Camacho.
Luego vinieron las transacciones en la Bolsa Mercantil de Colombia y en
Fabricato usando el mismo patrón.
Aunque Corridori no tenía plata, contaba con la chequera de Manrique, quien
ya lo denunció por hurto agravado, falsedad en documento y administración
desleal.
Interbolsa le apalancó millonarias inversiones en repos que lo convirtieron
en el principal accionista de la textilera, pero que llevaron a la quiebra a la
otrora poderosa comisionista y a su grupo.
“La quiebra de Interbolsa es porque quisieron ser garosos”, le dijo el
italiano a su socio Manrique en el café de la 93. Ese mismo día le confesó que
autorizó millonarias transacciones escaneando su firma y dijo que actuó bajo
presión. ¿De quién?
Eso es lo que la Fiscalía quiere establecer. Aunque la defensa de Corridori
asegura que todas las inversiones son legales y se hicieron con autorización,
Manrique dice tener evidencia de lo contrario.
Pero para la propia Superintendencia Financiera, hay indicios de una posible
manipulación fraudulenta de la acción de Fabricato, que fue negada el pasado
jueves por Rodrigo Jaramillo en su primer interrogatorio en Fiscalía.
Corridori, el cerebro de estas jugadas bursátiles, salió del país el 22 de
diciembre con su esposa Claudia. Y aunque su abogado dijo que llegaría mañana,
Franco Corridori, su padre –un obrero del transporte ya pensionado– manifestó
que llegará a mediados de semana a poner la cara.
Habla su padre
En diálogo desde su casa en Florencia, Franco Corridori,
confirmó que su hijo Alessandro está allí para pasar fin de año con él y su
abuela. Dijo que no sabía de sus líos con Alfonso Manrique, a quien recibió en
Florencia hace años. “A mitad de la semana próxima él se presentará en Bogotá y
podrá responder a todas las preguntas”, añadió.