El Estado pierde $10 billones al año por comerciantes que no permiten pago con tarjeta

En el mundo el dinero metálico tiende a desaparecer, pero en Colombia, algunos negocios insisten todavía en que se les pague con efectivo. ¿Quién anda hoy en el bolsillo con $300.000 en billetes? Obviamente, por razones de seguridad, muy pocos.
Pero lo que seguramente nadie tiene en cuenta, es que debido a la existencia de estos establecimientos comerciales que no permiten el pago con ‘dinero plástico’, la Dian calcula una evasión que podría superar los $10 billones al año.

En palabras de Juan Ricardo Ortega, director de la Dirección de Impuestos, las evasiones del IVA en Colombia son masivas, hasta el punto que se pueden estar dejando de recaudar más de $10 billones al año. “Tiene que haber ya un discurso para tratar estas prácticas como lo que son, un delito. Al evadir, le están robando el dinero a los demás y al Estado, y eso tiene que castigarse penalmente, aunque en el país, aún no se da”.

Es posible que el consumidor, al aceptar pagar en efectivo a cambio de ciertas contraprestaciones, no tenga en cuenta el daño que esa transacción puede hacerle a Colombia. Es por esto que Ortega agregó que al pagar en efectivo existe un alto riesgo de que se esté evadiendo. “El principal problema es el aspecto cultural y lo más importante es generar un cambio en esa cultura, crear una mayor conciencia social y más solidaria”.

De siempre, uno de los sectores que continuamente ha estado en la mira de las autoridades por este problema es el de los restaurantes, donde un gran número de establecimientos no permite el pago con tarjeta. Esto, para Iván Bohórquez, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés), significa que existe evasión. “Hoy en día no hay disculpa para no recibir tarjeta, por lo que este tipo de restaurantes sí son establecimientos que definitivamente están evadiendo y usan el pago solo en efectivo para que no haya cruce ni control, algo que es desleal con los que están trabajando honestamente. La única razón que se puede ocurrir es que no reciben las tarjetas porque no les conviene que las autoridades vean sus movimientos”.

Según Bohórquez, hay muchos que compiten de forma desleal con sus vecinos, pues mientras unos cumplen las normas y sus obligaciones tributarias, otros no y eso les ayuda a poner precios más bajos. “Todo esto rompe el mercado y no contribuye al desarrollo del país”, agregó.

Aún así, hay que destacar que no en la totalidad de los comercios que solo aceptan efectivo, están evadiendo impuestos. De acuerdo con Guillermo Botero, presidente de Fenalco, “el dinero en efectivo es de libre circulación y mientras sea lícito, se puede preferir el pago por este medio. Se puede pensar que muchos están evadiendo, pero no hay que hacer presunciones de mala fe, ya que muchos establecimientos no tienen margen para hacer frente a las comisiones de 6% o 7% que les cuesta cobrar con tarjetas”.

Una opinión similar tiene el empresario Arturo Calle, quien consideró que “por supuesto que tiene que haber control de las autoridades para evitar la evasión de impuestos, pero también es necesario lograr que exista un nivel de impuestos justos, tanto para el consumidor como para el empresario. Hoy en día, los negocios de las pequeñas y medianas empresas no dan lo suficiente para hacer frente a todos los impuestos y comisiones que impone el sistema y a su vez, tener unas utilidades excelentes. Solo las grandes multinacionales se pueden permitir ese lujo”.

Esta idea también la defiende el Director de la Dian, “la pregunta sería ver cuánto es justo que los comercios paguen, ya que las comisiones en ocasiones llegan a niveles muy altos”.

Un aspecto muy importante en este punto es que con la nueva reforma tributaria, según la Dian, “se han introducido bastantes artículos que ayudan a luchar contra el fraude. Además a partir de esto, se han negociado acuerdos con el sector para imponer unas menores retenciones o más declaraciones al año y así aliviar la carga del comercio”.

Bohórquez, también destacó que la reforma tributaria, “buscó un manejo equitativo con los empresarios que realmente cumplen, porque esa carga tributaria le está cayendo a una inmensa minoría. Para los empresarios normales es un flagelo que tengan un grupo inmenso de gente informal evadiendo sus responsabilidades”.

¿Por qué no usan datáfono?
LR estuvo en las calles de Bogotá preguntando sobre la razón por la que muchos comercios no permiten el pago con tarjeta y los trucos que tienen para convencer al consumidor.


En este sentido, la gran mayoría de los pequeños comercios aseguraron que para ventas promedio de $3.000 a $5.000 no vale la pena tener datáfono. Aún así, esto contrasta con el proyecto que Redeban Multicolor puso en marcha para masificar el uso de estos aparatos en todo el territorio nacional.

En realidad, cada comercio tiene su truco. Un ejemplo son las tiendas de música, que ofrecen descuentos de hasta 20% si se paga con efectivo. Según el empleado de una, “para nosotros es un gancho comercial, el cliente paga más barato y nosotros no hacemos frente a las comisiones”.

Un caso similar se da en el centro de tecnología Unilago, lugar por excelencia de ‘precios bajos’ donde las tiendas ofrecen ese descuento por pagar en efectivo.

Del lado de los restaurantes, firmas como Casa Mexicana, Crepes & Waffles Heladería, El Tambor, Washabi, Typicos o Jaime del Mar (ofrece descuento al pagar con efectivo) forman parte de una larga lista de los que no aceptan tarjetas. Y la lista sigue para todos los sectores, parqueaderos públicos, lavaderos, bombas de gasolina e incluso médicos de terapias alternativas, usan esta práctica.

Establecimientos prefieren el pago sin dinero plástico
Según el gerente de una peluquería de Bogotá, “por cada compra que el cliente hace con las tarjetas, el banco me descuenta un porcentaje que puede variar entre 6 y 8%, eso sin contar los intereses, cuotas de manejo que le cobran al cliente y el impuesto del 4x1.000 que me descuentan al retirar el dinero. Además, por cada $1 millón que recibo con tarjetas, tengo que pagarle a la Dian $137.931 de IVA, es decir, por cada millón que entra a la peluqueria, realmente recibo $862.069, a lo que hay que descontar el ICA , ReteiIVA , ReteICA y Retefuente. Si tus cuentas no coinciden te pueden judicializar, por lo que muchos comercios prefieren directamente no ofrecer el servicio”.

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