Entre más vieja sea una persona que se jubila, tiene más tiempo para ahorrar y hará que su manutención cuando llegue a sus “años dorados” sea una carga más soportable, ya sea para ellos o el Estado. En el caso colombiano, la edad mínima en la que se pensionan los empleados está entre las más bajas de Latinoamérica y el mundo.
Con 55 años para las mujeres y 60 para los hombres, Colombia y Venezuela son los países de la región donde las personas se jubilan más jóvenes con una pensión completa. En el resto del mundo nos igualan las Islas Fiji, Costa de Marfil, Ruanda y la mayoría de los de Medio Oriente y Norte de África, entre otros. El único que está por debajo es Turquía, donde las mujeres dejan de trabajar a los 44 años y los hombres a los 47.
A pesar de que el gasto no es alto, a Colombia le afecta también la baja cobertura que tiene y el poco número de personas que aportan dinero al sistema. Según analistas, los problemas para el país no están lejos.
Y aunque a partir de 2014 la edad de jubilación subirá a 57 años para mujeres y 62 para hombres, todavía estamos entre los de edades más bajas.
Según un estudio hecho por la firma asesora financiera Mercer, en Latinoamérica se destacan los sistemas pensionales de dos países: Chile y Brasil. Con calificaciones que midieron la idoneidad, la sostenibilidad y la integridad de los programas, se concluyó que estos dos países tienen “un sistema con algunas buenas características, pero también con mayores riesgos que deben ser revisados. Sin esas mejoras, su eficacia y sostenibilidad a largo plazo puede ser cuestionada”.
El problema del viejo continente
En gran parte de Europa, la edad para que las personas dejen de trabajar está entre los 65 y 67 años, y a raíz de la crisis económica se han hecho reformas para el aumentarlos. El año pasado la Comisión Europea presentó el llamado ‘Libro Blanco’, con el que dieron los parámetros que deben seguir los países para hacer más sostenible el sistema pensional.
El lío del continente es que su población se está envejeciendo a un ritmo mucho mayor del crecimiento de la fuerza laboral. Por ejemplo, mientras que en 2010 el número de mayores de 65 años en Reino Unido era de 16,6% de la población, en 2030 será de 20,2% y en 2050 de 22,3%. Así está sucediendo con países como Grecia, España, Italia y Portugal.
Por eso las reformas son urgentes y según el BM, en las últimas dos década Europa es una de las regiones que más ha introducido cambios en las políticas de jubilación. En los últimos años, 13 países del viejo continente han hecho modificaciones, y hay otro tanto que las van a hacer.
Por ejemplo, en Alemania se decidió que entre 2012 y 2029 la edad de jubilación aumentará de 65 a 67 años; en Bélgica, además de subir también la edad en 24 meses, en 2016 incrementarán los años mínimos de vida profesional de 35 a 40.
Por el lado español, el Gobierno tiene la tarea de sacar adelante una reforma pensional antes de finalizar el primer semestre. Según se ha conocido, este país que superó los 9 millones de pensionados.
Pero tal vez el caso más dramático es el griego, donde se igualaron en 65 las edades de jubilación de hombres y mujeres, y se determinó que desde 2021 este indicador se moverá cada tres años de acuerdo con la esperanza de vida.
Sobre las pensiones no hay una fórmula exacta y los debates seguirán abiertos, pues dependerá de la situación económica de cada país y las expectativas de vida de sus habitantes.
Asia Pacífico también discute reformas
El sistema pensional chino también se encuentra en medio de debates por estos días. La reforma que se plantea para darle sostenibilidad al sistema, en el que el Estado da el 10% del aporte de cada empleado, es redistribuir esa proporción haciendo que el empleador aporte 60% y el dependiente 40%.
Muchos ya han protestado, pues no sólo se aumentaría la carga para el trabajador, sino que para el que contrata se reduciría 10%.
También causó escándalo la recomendación de un informe encargado por el gobierno de Taiwan, que propuso que las primas a aportar fueran de 27,8% del salario, bajo el supuesto de que las tasas de interés iban a permanecer bajas en el futuro.
El presidente Ma Ying-jeou propuso un plan diferente, en el que los aportes a pensiones de los trabajadores del sector privado suban 0,5% anualmente hasta llegar a 19,5%. Actualmente los taiwaneses pagan 12%.